Cientos de salteños y turistas circulan por la plaza 9 de Julio todos los días del año y son muchos los artistas que eligen este lugar para expresarse. Una de las tantas voces que le dan color a la ciudad es la de Erika Veliz, una joven que hace cuatro meses dejó la ciudad de Anaco, Venezuela, para perseguir sus sueños.

Acompañada de un cartel que dice “Emigrar no es un delito”, un parlante y un micrófono, la joven conquistó a los salteños compartiendo su arte a los pies de la Catedral.

Con 21 años decidió junto a su hermano cambiar de aires y vivir en Salta, pero jamás se imaginó que lo podía lograr haciendo lo que más disfruta. Entre sonrisas y buen ánimo contó a LA GACETA el desafío de volar a una provincia desconocida y conectar con la gente.

 “Yo siempre he dicho que Dios me ha dado un talento muy bonito como para quedarme encerrada en el mismo sitio, y yo quería que más gente me siguiera escuchando”

Erika contó que su primer encuentro con la música lo tuvo en Venezuela donde tenía una carrera más formal, la cual tuvo que abandonar. La crisis económica que afecta a todo el país, fue lo que la terminó de empujar para tomar la decisión: “como hijo ves cómo tus padres se quitan el pan de la boca para dártelo a ti y te sientes frustrado, eso terminó de empujarme", añadió.

Uno de los retos que tuvo como artista, dice, fue apostar con temor a la música latina, en un lugar donde reina el folclore. Reveló, además, que nunca había cantado en las calles ya que en Venezuela eso no es común.

“Es algo bonito porque la gente se aglomera, se reúne y se quedan escuchándome un rato. Se acercan y me dan palabras de aliento”, dijo.

Además, una de las particularidades que Erika tiene como artista es la de cantar música cristiana: “es mi manera de yo agradecerle tantas cosas que me ha dado. En mis presentaciones siempre tengo que darle gracias a Dios y mi manera es esa, cantando temas para él”, contó con emoción.

Foto Iván Rodriguez. LA GACETA

Trabajo, constancia y disciplina.

La cantante declaró que quiere forjar una base firme en su carrera y considera que hacerlo desde la calle va a marcarla para siempre.

Desde que pisó el primer escenario en su país se plasmó el sueño de que su voz se escuche por su talento. “Es algo que se está cumpliendo poquito a poco pero es firme, quiero que los venezolanos se sientan orgullosos de saber que alguien en el mundo los está representando”, mencionó.

Por último, la joven se dirigió a los salteños y argentinos como el motor que la impulsa día a día a seguir, a pesar de las situaciones que se le puedan presentar: “Gracias por recibirme en este hermoso país, no solo a mi sino a todos los venezolanos. Darle gracias por dejarme hacer arte, por apoyarnos y dejarnos estar”, terminó.