El miércoles de Ceniza es una festividad católica que marca el comienzo de la Cuaresma y busca promover actos de penitencia y arrepentimiento por los pecados cometidos.

En la religión católica, la cuaresma, es el periodo de 40 días que simboliza el tiempo que Jesús pasó vagando por el desierto y que preceden a la Semana Santa, Pascuas, y se caracteriza por promover el ayuno, la abstinencia, el recogimiento, la oración y el examen de conciencia de los cristianos que quieran purgar sus pecados.

Horarios de Catedral Basílica de Sala, imposición de la ceniza y misa a las 11.30, 19 y 20.30 horas.

El miércoles de Ceniza tiene sus orígenes en la tradición judía porque, para ellos, la ceniza era un símbolo que representaba la fugacidad de la vida y el arrepentimiento de los pecados. Los judíos se cubrían el cuerpo con ceniza para demostrar que intentaban acercarse a Dios y esa costumbre fue adoptada por los cristianos pero de una forma distinta a la actual.

Durante el ritual, en medio de la celebración Eucarística de la misa, se les impone a los fieles una cruz de ceniza en la frente mientras se pronuncian las siguientes palabras: “Polvo eres y en polvo te convertirás" y “Conviértete y cree en el evangelio”. Este acto no es considerado un sacramento por la Iglesia sino un sacramental, un signo sagrado que imita a los auténticos sacramentos. La ceniza con la que se lleva a cabo este ritual cristiano se obtiene de la quema de las palmas del último Domingo de Ramos, acto que también guarda un gran simbolismo, según la revista Muy Historia.

En la Catedral Basílica de Sala, se invita a una jornada de ayuno y abstinencia. La celebración de la Eucarística e imposición de la ceniza se realizará a las 11.30, 19 y 20.30 horas. Además, recuerdan que los viernes de Cuaresma, días de abstinencia se rezara el vía crucis dentro del templo a las 8.30 y 19.30 horas.

Ayuno y abstinencia ¿qué es y por qué se realiza?

Durante el Miércoles de Ceniza, al igual que todos los viernes previos al Domingo de Resurrección, se debe practicar la abstinencia (desde los 14 años) y el ayuno (desde los 18 hasta los 53). El primero de estos mandatos consiste en no comer nada de carne durante ese día y el ayuno, por otra parte, en realizar una única comida en todo el día. Este día servía como inicio a las normas que los cristianos debían cumplir durante la Cuaresma y que buscaban ofrecer algún sacrificio y renuncia como muestra de arrepentimiento y como un intento por acercarse a Dios.