La mala praxis de un profesional médico hizo que al momento de nacer Hernán López quedara con parálisis cerebral cuadripléjica. Durante su vida fue superándose a sí mismo y encontró en la música un refugio y un medio de expresión.
Hace 25 años nació en un hospital de la ciudad de Orán y con menos de un año debió ser llevado a Cuba para hacer un tratamiento para tener una mejor calidad de vida. “Las personas en mi condición generalmente no hablan ni comen por sí mismas”, explica Hernán.
Luego del tratamiento de varios meses su familia decidió radicarse en Salta Capital y el joven pasó su infancia en villa Palacios. Sobre esa época de su vida recuerda que “en el barrio siempre me trataron de igual a igual, aunque algunos muy pocos no me trataron bien”.
En la Escuela Fray Roque Chielli, que en ese entonces se encontraba en villa Palacios, transcurrieron sus años de primaria y allí conoció a un amigo que marcaría su vida y a quien le dedicó una canción.
El recuerdo de un amigo
“Patito” fue compañero de la escuela de Hernán y pese a que el músico admite que le “hubiera gustado compartir más tiempo con él” su recuerdo quedó grabado en lo más profundo de su ser.
El 19 de enero de 2014 una tragedia se llevó la vida de aquel con quien había compartido risas y bromas en el patio de la escuela. Un accidente automovilístico ocurrido en Campo Quijano ocasionó el fallecimiento de “Patito” y de tres personas más que habían ido al camping de la localidad a pasar el día.
“Lo conocí en sexto grado, el me hacía pasear en la silla de ruedas”, recuerda Hernán, quien a dos meses del fallecimiento de su amigo escribió “Patito está en el cielo”.
Esta fue la primera canción que grabó el joven artista y lo hizo junto al cantante cumbiero David Leiva. El video está en Youtube y Hernán sueña con que se haga conocida su canción.
Sobre la experiencia de grabar con el ex vocalista de Los Juveniles Panda, el joven cuenta que “fue algo grande, me sentí como si estuviera caminando”.
Vivir con cuadriplejia en una sociedad poco integradora
Una de las principales barreras que encuentran las personas con cuadriplejia a la hora de integrarse a la sociedad es la falta de oportunidades laborales. “No somos personas que no sabemos hacer nada”, expresa Hernán cuando cuenta sus dificultades para conseguir trabajo.
Para poder hacerse más independiente, Hernán sale a vender golosinas a la calle. De esa forma aprende a manejarse con el dinero.
Pero a la hora de salir una de las principales complicaciones está en el transporte público, ya que según cuenta “a veces esperamos hasta dos horas el colectivo de piso bajo y en algunos casos ni siquiera funciona el piso bajo”.
En la calle muchas veces tampoco se respeta la rampa para discapacitados y esto hace que sea muy difícil poder circular en la vía pública.
Parte de su cotidianeidad también transcurre en las sesiones de fisioterapia, la cual debería ser diaria pero su obra social solo autoriza una cantidad limitada al mes.
Respecto a los avances que fue teniendo en el último tiempo, Hernán cuenta: “ahora me puedo hacer el té, cosa que antes no podía”.
Los fines de semana Hernán juega a las bochas en un centro terapéutico, aunque la mayor parte de las horas las pasa haciendo música.
Foto Iván Rodriguez. LA GACETA
La música que salva
A los 15 años Hernán escuchó por primera vez una canción de Pablo Lescano y el impacto en su vida fue decisivo. A partir de ese momento quiso dedicarse a la música.
“Quería ser como él, me gusta porque habla de las temáticas de los barrios”, sostiene el músico y cuenta que su intención es hablar de la integración de las personas con discapacidad a través de la música.
Hernán comenta que si bien tiene solo tres canciones registradas, lleva escritas más de 30. “Trato de no usar malas palabras y hablo sobre lo que pasa en la vida real”, indica.
Por su condición se ve obligado a practicar más de la cuenta debido a que su motricidad fina no es la misma que la del resto de las personas. Pero esto no le impide cursar materias de segundo y tercer año en la escuela de música, además de estudiar teclado y gramática (lectura de partituras) en la escuela de artes y oficios.
Actualmente s ele hace muy difícil practicar en su caso con el teclado, ya que el instrumento que tiene se le rompió y le faltan varias teclas.
“La música es algo que me permite desahogarme”, admite Hernán quien está formando un grupo de música llamado “Hernán López y la banda de Patito”.
Soñar en grande
Además de tener su propia banda para expresar lo que siente y piensa a través de la música, Hernán sueña con seguir compartiendo experiencias con otras figuras de renombre en el ambiente artístico.
Una de ellas es Karina La Princesita, a quien ya le dedicó algunos mensajes en su cuenta de Facebook.
“No me conocen como persona y me gustaría que me den una oportunidad”, concluye el joven.