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Abuso sexual contra la infancia: testimonios de quienes rompieron el silencio y la vergüenza

Sebastián Cuattromo, cofundador de la asociación civil Adultxs por los derechos de la infancia, visitará Salta. Cuenta cómo se sobrevive a un abuso infantil, cuál es el rol del estado y por qué la educación sexual en las escuelas podría ayudar tanto a las víctimas.
26 May 2019
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Los comentarios en las redes sociales sobre el caso del hijo de un famoso folclorista local, acusado de abusar de una niña de 10 años muestran cómo la sociedad naturaliza un hecho y en cierta forma cómo esa sociedad es cómplice: muchos parecen enojarse porque la chica recién pudo hacer la denuncia 6 años después. Ese prolongado silencio, y que la chica sólo se animara a contarle a la madre cuando pudo gravar a su agresor, también muestran otras condiciones de quienes han sido víctimas.

Las estadísticas muestran lo difícil y cotidiano de este crimen.

1 de cada 5 niños/as sufre abuso.

De cada mil casos, sólo 100 llega a la justicia.

De esos 100 sólo 1 termina en condena.

Sebastián Cuattromo, cofundador de la Asociación civil Adultxs por los derechos de la infancia, visitará Salta. El grupo se formó en 2012, en la Ciudad de Buenos Aires, como fruto del encuentro de dos historias de lucha muy largas contra el delito de abuso sexual, que son las de Silvia Piceda y la de él.

“En mi caso, en ese 2012, logré llevar a juicio y a condena a quien había sido mi abusador en mi infancia, que fue un religioso católico y docente, de Caballito. A los 13 años me tocó ser víctima de este agresor, docente del colegio. Más de 20 años después, pude llegar a una instancia de juicio que terminó en una condena a 12 años de cárcel

Fue a finales de los 80. Abusó también de otros chicos de ese colegio”, cuenta a LA GACETA y añade: “en ese contexto hice pública mi historia por primera vez con el sentido, con el sueño de que mi largo camino de dolor y lucha no quedara sólo para mí, que tuviera una trascendencia colectiva y social”.

La gente empezó a comunicarse con él para compartir sus propias historias de victimización social  en la infancia y en la adolescencia o sus historias en el presente como adultos tratando de luchar y defender a niños víctimas.  En ese contexto conoció a Silvia Piceda, que venía luchando como mamá, tratando de defender a su hija, frente a un progenitor abusador y frente a la injusticia que predomina en el poder judicial respecto a niños y niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual.

“Ella también venía dándole a su historia un claro sentido social y colectivo. Ella también había hecho pública su historia, había armado grupos con mamás de víctimas de abuso en el ambiente intrafamiliar. Y así fue cómo nos conocimos en ese 2012. Tuvimos la suerte de enamorarnos, ser pareja y vivimos en familia desde hace varios años”, dijo.

Formaron esta asociación civil con el objetivo de crear un marco donde quienes padecen esta situación puedan sentarse a hablar con sus pares. Es un ámbito empático, solidario, entre pares, totalmente horizontal. El concepto clave es el de paridad, todos ahí fueron atravesados por esta injusticia.

“Brindamos nuestros testimonios a la comunidad, con el sentido de que todo esto contribuya a generar visibilidad pública sobre este delito y esta injusticia  y también para que contribuya a generar una reflexión crítica colectiva, que para nosotros es necesario que como sociedad, como una comunidad adulta, por eso vamos con nuestros testimonios”, señala.

Sebastián explica que el silencio se lleva con mucho dolor y vergüenza, cuando se es niño. En parte porque el 50% de los abusos son incestuosos, es decir que ocurren dentro de la casa. “Esto ocurre en todos los sectores sociales, culturales y económicos”, resalta.

El silencio también tiene que ver con la poca eficacia del poder judicial. “Es altísimo el nivel de impunidad de quienes hacen esto. A nivel nacional, en líneas generales, nos encontramos siempre con el mismo estado de impunidad, de profunda revictimización, hacia las víctimas, de múltiples violencias y malos tratos institucionales”, dice. Y subraya que ante el abuso intrafamiliar, cuando una causa queda impune, eso implica en ocasiones que las justicias de familia terminen ordenando revinculaciones de los niños y niñas víctimas con los adultos agresores.

Y ese silencio también tiene que ver con la vergüenza. “Una de las complejidades básicas, hablando desde nuestras experiencias, es que ante la injusticia del delito de abuso sexual ocurre algo que a nuestro juicio no sucede con las víctimas de ningún otro delito: el nivel de vergüenza y de autorecriminación con el que carga la víctima no sucede con las víctimas de cualquier otro delito”, dijo. Y esto es algo que por supuesto los abusadores y las abusadoras manipulan muy bien a su favor a la hora de someter a un niño, niña o adolescente.

El niño además tiene el problema de no confiar en el mundo adulto. Sebastián fue víctima de abuso a los 13 años por un docente y sacerdote del colegio en el que asistía. Y él no sintió que en su casa pudiera hablar. Esos adultos tampoco eran confiables. “En ese momento de mi vida sentía que no había adultos a quienes poder recurrir, a quienese poder pedirles ayuda. Y la sensación de que no tenía contextos ni ámbitos que me resultaran protectores, contextos donde pudiera expresarme”, dijo. La asociación en cierta forma busca eso: crear un contexto en el que se pueda tomar la palabra.

Algo fundamental para revertir esta situación, según Sebastián, y que en Salta todavía no se aplica,  es la ley de educación sexual sería fundamental. “Esta ley, si realmente se aplicara, eso llevaría a que niños y niñas tuvieran en las escuelas ámbitos donde podrían expresarse y compartir sus sentimientos, qué les pasa, donde sentir que tienen adultos confiables a los cuales recurrir. Entre otras cosas nosotros creemos que si esto se hiciera realidad, el abuso intrafamiliar tendría que aflorar más”, dijo.

La visita a Salta

La Asociación estará en la ciudad de Salta  y en Rosario de la Frontera. Todos los encuentros estarán abiertos a la participación de la comunidad en general, más allá de las convocatorias puntuales a determinados actores sociales en cada uno de ellos.

En cada encuentro, la  propuesta es la de compartir sus testimonios como sobrevivientes adultxs del delito de abuso sexual y adultxs protectores de niñxs víctimas en el presente

Quien los invita y organiza nuestras actividades en Salta es la Fundación Red Papis,  que está llevando adelante una campaña de visibilización pública acerca del delito de abuso sexual.

El Jueves 13 de Junio, de 9 a 12, la reunión para jóvenes y adolescentes será en ATE (Esteco 704). Ese día, de 18 a 21, habrá otra charla para Instituciones,  ONG, Organismos sociales, justicia,  municipios, provinciales, comunidad en Gral. Esta será en el Teatro Municipal  (Av. Paraguay 1450).

El viernes 14 de Junio, de 9 a 12, habrá una charla destinada a instituciones educativas, nuevamente en ATE (Esteco 704).

Rosario de la Frontera. La cita es el sábado 15 de Junio a las 10. Será un encuentro abierto con la comunidad, en el Salón Municipal Juana Manuela Gorriti.


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