El ex juez federal de Salta, Ricardo Lona, se sentó hoy frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2, en el banquillo del acusado, tras varios años de retrasos en el proceso. En una audiencia a la que el público y la prensa tuvo que presenciarla desde una transmisión online fallida, desde la vereda o en una sala anexa del Juzgado, el ex magistrado declaró; pero no quiso responder preguntas.
Lona fue acusado de encubrir uno de los crímenes que más conmocionó en los ’70, el asesinato y desaparición del ex gobernador salteño Miguel Ragone.
El fiscal Carlos Martín Amad sostuvo que el acusado, en su rol de juez federal durante el tiempo que ocurrieron los hechos (11 de mayo de 1976), “omitió investigar el modo, tiempo y lugar en que se produjo el secuestro y posterior desaparición del ex gobernador de la provincia de Salta, Miguel Ragone, el homicidio del cual resultara víctima Santiago Catalino Arredes, y las lesiones que sufriera Margarita Martínez de Leal”.
Tampoco dispuso ni ordenó las medidas procesales necesarias que el caso requería, ni convocó a todas las personas que tenían datos sobre el hecho, según continuó Amad.
Luego el exjuez decidió declarar, pero no quiso responder ninguna pregunta.
“Solo quiero decirles que nada tuve que ver con el crimen ni con ningún encubrimiento. Me asiste la tranquilidad de mi conciencia y puedo decirles, señores jueces, que si tuviese la mínima responsabilidad de encubrimiento hubiese deshonrado la Justicia y ya estaría muerto de vergüenza”, declaró Lona luego de recordar un memorial que presentó en su declaración indagatoria de 2014 y se excusó de ciertas omisiones que tuvo durante la investigación del crimen y desaparición del ex mandatario de Salta.
Las claves del caso: ¿por qué juzgan al exjuez federal Ricardo Lona?
Previo a negar los delitos de los que está acusado, contó aquel 11 de marzo de 1976, dos comisarios fueron a darle cuenta del hecho. “Recibí con estupor la noticia, no me detuve a pensar en cuestiones de competencia, sino que había que comenzar inmediatamente con las investigaciones”, dijo.
A la vez se excusó: “hasta ese momento, en Salta no habían ocurrido hechos de esta naturaleza”; se vivía “un clima de desorden general”; “le atribuían a un comando subversivo el origen del acto”, y añadió que la propia prensa escrita seguía esta línea en sus titulares.
Recordó que por un lapso de tiempo debió excusarse de seguir interviniendo en la causa por su enemistad con quien era Jefe de Policía. “Pero fue durante mi actividad que surgieron los principales elementos para determinar la participación policial/militar en el crimen”, sostuvo.
Según Lona, por la inacción de quienes lo sucedieron en la investigación inmediatamente, la prescripción de la causa hubiese sido permitida. Para el ex magistrado, las condenas en el caso Ragone fueron sustentadas en sus investigaciones que, si bien no probaban la autoría del hecho, probaban que tanto el Ejército como la Policía asumieron como propio lo sucedido.
“Cuando me fue posible obré de la manera indicada. No es posible ver aquí una conducta de encubrimiento cuando fue el supuesto encubridor quien colaboró con la investigación que llevó a las condenas”, argumentó.