Luego de los alegatos de la defensa del exjuez Ricardo Lona, acusado de cometer delitos de lesa humanidad durante los ’70, y el pedido de absolución de los abogados, el magistrado se dirigió al tribunal que lo juzga y al público en la sala. “Señores jueces, no pido clemencia sino justicia, nada más”, dijo y fue ovacionado por varios de los presentes.
Inmediatamente después, los jueces informaron que la última audiencia de este debate pasa un cuarto intermedio hasta las 17, hora en la que se conocerá el veredicto.
Lona fue acusado de no investigar, encubrir y ser partícipe necesario del secuestro y la desaparición del ex gobernador salteño Miguel Ragone, el asesinato del comerciante Santiago Arredes y la tentativa de homicidio de Margarita Martínez de Leal.
La fiscalía había pedido una pena de 15 años de prisión, por encubrimiento y prevaricato. Mientras que los querellantes –representantes de organismos de derechos humanos y la familia Ragone- solicitaron la cadena perpetua, por considerar a Lona como partícipe necesario en la desaparición y crimen del exgobernador.
Histórico: un exjuez puede ser condenado por delitos de lesa humanidad en Salta
Desde el banquillo de acusados, el exjuez federal leyó su discurso, con el que insistió en su inocencia.
En primer lugar desacreditó el “calificativo de histórico” con el que se caracteriza a este juicio en la prensa. “Se empleó para referirse a este juicio, queriendo significar que al fin alguien tuvo el coraje para acusarme y llevarme a juicio. A esta altura institucional del país, me parece inadecuado semejante término para un proceso amañado como es este. No hace falta ni valentía ni inteligencia, vasta con la desvergüenza”, dijo el acusado.
Consideró “enmarañada y malévola” la argumentación de los querellantes y fiscales que lo acusan. “Está en ustedes señores jueces que el relato nacido de la mentira, la intriga y la imaginación ideologizada tape la realidad, es decir la verdad”, agregó.
Si no es absuelto, Lona aseguró: “no voy a llorar un contratiempo por injusto que sea. Estoy molarmente preparado para enfrentar la adversidad y luchar por la verdad y la justicia, como lo vengo haciendo desde muchos años atrás”.
“De no lograrlo será la historia la encargada de poner las cosas en su quicio”, continuó. Y luego cerró: “Señores jueces, no pido clemencia sino justicia, nada más”. Hubo fuertes aplausos en la sala y también algunos gritos que recordaron a los desaparecidos.