ANKARA, Turquía.- Fuerzas rusas desplegadas en Siria comenzaron a realizar patrullas en la frontera con Turquía, para garantizar la retirada de combatientes kurdosirios, en virtud de un acuerdo por el que Moscú y Ankara se reparten el control del noreste de Siria y hace añicos los sueños de autonomía de los kurdos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que levantará las sanciones a Turquía luego de que Ankara informara que detendrá una ofensiva contra los combatientes kurdosirios.
Trump afirmó que su gobierno salvó “las vidas de muchos, muchos kurdos” con una mediación que realizó ante Turquía para que frenara su operación en Siria. El mandatario volvió a defender su decisión de retirar a las tropas estadounidenses que peleaban junto a los kurdosirios contra el Estado Islámico (EI) en Siria, lo que allanó el camino para la ofensiva turca y por la que fue acusado de traicionar a sus ex aliados kurdos.
Los presidentes ruso y turco, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, alcanzaron esta semana un pacto que redibuja el mapa del noreste de Siria, al estipular un despliegue de fuerzas de sus países a lo largo del límite, para llenar el vacío dejado por Estados Unidos.
Las milicias kurdosirios, a los que Erdogan considera terroristas por sus lazos con la insurgencia separatista kurda de Turquía, tienen hasta el martes para retirarse de una franja de 32 kilómetros desde la frontera nororiental siria.
El acuerdo asegura la supervivencia de los kurdos, que controlaban casi la tercera parte de Siria, pero los obliga a ceder a Turquía localidades clave, en una zona conquistada por fuerzas turcas.
En virtud del acuerdo, unidades de la policía militar rusa y guardias fronterizos sirios “facilitarán la remoción” de los combatientes de las kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo.
Tras la retirada kurdosiria, fuerzas de Turquía y Rusia realizarán patrullas conjuntas en dos zonas de 10 kilómetros desde la frontera ubicadas al este y oeste del área bajo control turco.
La ofensiva turca agregó otra capa al conflicto que asuela a Siria desde 2011, entre gobierno y grupos rebeldes, que ha dejado cientos de miles de muertos y millones de refugiados. El acuerdo ruso-turco ayuda a Siria, aliado de Rusia, a retomar el control de parte del país, de donde el Ejército sirio se retiró en 2012 luego de que esas zonas cayeran en poder de insurgentes. (Télam)