TUCUMÁN.- La reforma electoral que introduce la Ley Sáenz Peña en 1912 garantizó el ejercicio del voto universal (en todo caso, masculino) secreto y obligatorio y representó una bisagra en la historia electoral de la Argentina. A partir de entonces, las campañas electorales fueron evolucionando a la par de la accidentada historia nacional, que entre las décadas del 30 y del 70 tendrá, inclusive, más de un golpe de Estado por decenio. El libro”Quiera el pueblo votar”, de Marcela López y Gabriela Kogan, recoge las “imágenes de un siglo de campañas políticas”, que ilustran la evolución desde el “personalismo” de la década del 10 al profesionalismo de los 80.
Década del 10- Reformas profundas y proselitismo pobre
Frente a los partidos conservadores de élite, el radicalismo surge como el primer partido de masas y llega al poder en 1916, con Hipólito Yrigoyen. Aunque se atribuye el triunfo a la Ley Sáenz Peña de 1912, Luciano de Privitellio dice en su ensayo “Las elecciones entre dos reformas: 1900 - 1905” que son las elecciones más difíciles de explicar en la historia: la UCR no estaba en el poder. Las campañas de la época eran pobres, según una crónica del diario La Nación que destaca que los conservadores llebaban “de pegote las paredes” mientras la UCR confiaba “en el volumen de sus candidatos”.
Década del 20- El radicalismo monopolizó la elección de 1928
La del 20 es una década de gobiernos radicales. A Yrigoyen le sucede Marcelo T. de Alvear en 1922; y a este le sucederá el propio Yrigoyen: fue reelecto en 1928 con el 60% de los votos. Los conflictos internos del radicalismo lo dividirán en la UCR y en la UCR-A (“Antipersonalista”). Para los del primer sector, los “personalistas”. los comicios eran un formalismo (suspendieron la campaña una semana antes) y un plebiscito que ratificaba a “Don Hipólito” como interlocutor del pueblo. La elección se limitó a los candidatos de las dos facciones radicales. Los afiches lo exhiben: UCR-A advertía sobre la “opresión yrigoyenista” y los personalistas sólo promocionaban la figura del líder.
Década del 30- Infame Década de fraude y proscripción radical
José Félix Uriburo derroca a Yrigoyen en 1930, en el primer golpe de estado del siglo XX en el país. El dictador proscribirá primero a la UCR, pero en 1931 fue derrotado en las urnas por los radicales que se postularon mediante otras fuerzas, así que ese año profundizó la medida y vetó como candidatos a quienes hubiesen sido funcionarios de Yrigoyen. Es decir, a Alvear. El radicalismo volvió entonces al abstencionismo. El lugar de la oposición fue ocupado entonces, visiblemente, por el Partido Socialista.Desde 1935, el fraude será desmbozado. Los comicios de 1938 están entre los más escandalosos de la historia.
Década del 40- Afiches para “decir” y grafitis para la burla
El peronismo irrumpe a mediados de la década del 40. El golpe de estado de 1943 liquida la Década Infame. Juan Domingo Perón tiene una ascendente carrera política, que alcanza su punto culminante el 17 de octubre de 1945. En las elecciones de febrero de 1946 se presentó con el Partido Laborista: la fórmula Perón-Hortensio Quijano se impuso sobre la de la Unión Democrática (radicales, socialistas y comunistas): José Tamborini y Enrique Mosca. Los afiches de la época, más que imágenes, priorizaban los mensajes. El de la Unión Democrática cuestionaba el doble discurso de Perón, que criticaba la “politiquería” pero se rodeaba de “politiqueros”. El peronismo pintaba grafitis burlescos con juegos de palabras en los que se leía “Tambo, Orín y Mosca, la fórmula de la bosta”.
Década del 50- Reelección, golpe y proscripción
En 1949, año en que se habilita el voto femenino, se reforma la Carta Magna y se habilita la reelección consecutiva. Perón la obtiene en 1952. Lo enfrentan, por la UCR, Ricardo Balbín y Arturo Frondizi. En 1955, Perón es derrocado por la “Revolución Libertadora”, que proscribirá al peronismo y a su líder.
Década del 60- Dos golpes contra líderes radicales
Con el peronismo proscripto y con Perón exiliado, a las elecciones de 1958 el radicalismo llega dividido en dos: la UCR del Pueblo, con Balbín; y la UCR intransigente, con Frondizi. Este último se impondrá en las urnas, pero gracias a un acuerdo con el peronismo. Lo derrocarán en 1962. Al año siguiente, en elecciones sin el PJ, se impondrá el radical Arturo Illia. Compite contra la UCRI, que reivindica el plan desarrollista; y con el golpista Pedro Eugenio Aramburo, candidato por Unión del Pueblo Argentino (Udelpa). A Illia lo derroca el golpe de 1966.
Década del 70- El retorno, la tercera victoria y la peor dictadura
Luego de siete años del gobierno de facto de la “Revolución Argentina”, en 1973 hay dos elecciones. Los militares levantan la proscripción del PJ pero no de su líder. Héctor Campora gana la primera votación de ese año y dimite para llamar a otros comicios. En las urnas, Perón y su tercera esposa, María Estela Martínez, se imponen de manera aplastante sobre la fórmula radical: Balbín - Fernando de la Rúa. Pero, siendo Presidente por tercera vez, muere en 1974. Lo sucede su viuda, derrocada por el golpe de estado del “Proceso de reorganización nacional”, que instaura la peor dictadura de la historia argentina, que perdurará hasta 1983.
Década del 80- Alfonsín hace historia
Raúl Alfonsín se conviert, en 1983 en el primer radical en vencer al peronismo en elecciones libres de proscripción. Su fórmula, con Víctor Martínez, se impuso sobre la de Ítalo Lúder y Deolindo Felipe Bittel. La del radical fue, también, la primera campaña profesional de la Argentina. El peronismo planteó un discurso basado en la clásica divisoria de aguas argentina: “peronismo vs. antiperonismo”. La UCR, en cambio, plantó su “fractura” en la vigencia, o no, de los derechos humanos. Lo cual equivalía a la vigencia, o no, de la Constitución Nacional. Alfonsín hizo su campaña con el Preámbulo.
Década del 90- Reforma y reelección
La hiperinflación liquidó a los argentinos y al Gobierno de Alfonsín: entregó el poder anticipadamente en 1989 a Carlos Menem. El riojano reformó la Constitución en 1994 y habilitó la reelección consecutiva. En la campaña, Menem eligió darle continuidad a su eslogan del 89 (“para cambiar la historia”) y sus afiches propusieron “no detengamos la historia”. La UCR, que postuló a Horacio Massaccesi, terminó tercera, detrás del Frepaso, que nominó a José Octavio Bordón.