Con la voz discordante del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, varios mandatarios de la región - incluido el presidente electo Alberto Fernández- y el grupo Puebla, consideraron que lo ocurrió en Bolivia fue un golpe de Estado. El canal de expresión fue, en todos los casos, la red Twitter. El gobierno de Mauricio Macri solamente pidió nuevas elecciones mediante un comunicado de la Cancillería.
En contraste con el actual mandatario, Fernández escribió: “nosotros, defensores de la institucionalidad democrática, repudiamos la violencia desatada que impidió a @evoespueblo concluir su mandato presidencial y alteró el curso del proceso electoral. El quiebre institucional en Bolivia es inaceptable”.
Cristina Fernández, a su vez, juzgó que “lo de Bolivia se llama golpe de Estado”. “Si queremos vivir en paz, es hora de que haya pronunciamientos y, sobre todo, acciones claras en defensa de la democracia, independientemente de cuál sea la orientación política de los gobiernos que surgen de la voluntad popular”. De la misma manera se pronunció el Grupo Puebla integrado por representantes del Cono Sur.
Para Bolsonaro, en cambio, la renuncia de Morales se debió a “las denuncias de fraudes”, por lo que queda la “lección” de que los comicios “deben ser auditados”. (Telam)