Juega al misterio y por ahora no da muchas pistas, aunque todo indica que podría cambiar el esquema para la gran final del sábado frente a Flamengo. Cuando faltan tres días para afrontar su tercera final de la Copa Libertadores, Marcelo Gallardo empezó a “meter mano” en la formación inicial que presentará River frente a los brasileños. En la práctica de ayer, el “Muñeco” probó tres formaciones distintas y en dos reforzó la última línea, teniendo en cuenta el potencial ofensivo que tiene el rival.
En principio no hubo sorpresas y utilizó el habitual esquema táctico de 4-4-2, con los siguientes nombres: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Javier Pinola y Milton Casco; Ignacio Fernández, Enzo Pérez, Exequiel Palacios y Nicolás De La Cruz; Rafael Santos Borré y Matías Suárez.
A PUNTO. Pinola y Ponzio encabezan el grupo durante la práctica, mientras Quintero, Pratto y Scocco los siguen de cerca. fotos prensa carp
Luego, el entrenador del “Millonario” realizó una variante táctica y pasó a jugar con un 5-3-2, la misma disposición que puyso el 11 de noviembre de 2018 cuando fue a La Bombonera y empató 2 a 2 en el partido de ida de la final de la Libertadores frente a Boca. En esa oportunidad, tanto Casco como Montiel tuvieron mucha más libertad para sorprender por los costados y tapar la subida de los extremos rivales.
En caso de que se inclina por cinco jugadores en la última línea, Paulo Díaz ingresará en la defensa, como lo hizo en el entrenamiento. En primer lugar sacó al uruguayo Nicolás De la Cruz de la mitad de la cancha.
DISTENDIDOS. Luca Martínez Quarta, Gonzalo Montiel y Rafael Santos Borré fueron sorprendidos en plena actividad.
En la última prueba de la jornada de ayer, el técnico insistió con cinco defensores, aunque esta vez el que quedó relegado a los suplentes fue el tucumano Palacios, para dar su lugar al “Charrúa” De la Cruz.
Flamengo llega con un invicto de casi cuatro meses y es por eso que Gallardo sabe que no puede dejar nada librado al azar. El DT diagrama un plan diferente al habitual para intentar romper con esa racha.