Una madre contó el terrible momento que sufrió su hija en el hospital Juan Domingo Péron de Tartagal. La joven, de 18 años e integrante de la comunidad originaria Toba había asistido por una profusa pérdida de sangre. Peroel médico tocoginecólogo Patricio Parra Marin se negó a atenderla.
La madre de la joven, Clara Pistan, dijo que todo ocurrió el sábado. Pasada la medianoche, solicitaron una ambulancia porque su hija se desangraba. El chofer les sugirió que pidieran ayuda en el primer piso. La joven llegó con una toalla entre sus piernas, para tratar de contener la hemorragia.
La enfermera que las atendió la hizo ingresar a un consultorio y fue a buscar al médico para que la atendiera. Según Pistan, el médico dormía en la habitación de al lado.
El doctor puso gel para hacerle una ecografía, después dijo, gritando, que debía esperar una hora más porque no se veía nada. Dijo esto y se fue. Pistan notó que el médico apagó la luz en la habitación de al lado.
El secretario de Salud de la Provincia, Antonio de los Ríos, dijo a LA GACETA que el Ministerio investiga el caso, por su gravedad. El funcionario señaló que el médico que maltrató a las mujeres podría ser suspendido.
Surgió otra urgencia en el hospital y Parra Marin le dijo a la mujer que saque su hija del consultorio. Como la joven necesitaba ir al baño, entró al del consultorio. Lo llenó de sangre y parece que esto molestó a Parra.
"Te dije que la saques de ahí, mirá lo que hicieron", les dijo Pistan. La mujer rogó que la revisen. "Le quise agarrar de la chaqueta, me pegó en el brazo, que puse porque si no me iba a pegar en la cara", dijo a Página/12. Añadió que su hija le suplicaba "doctor, no le pegue a mi mamá".
Según la mujer, el médico le dijo que si estaba tan apurada que pague una ecografía o que la revise ella misma. La mujer le respondió que no es doctora. El médico entonces agarró su celular y dijo: 'que llamen a la Policía porque está grabando'. Le dije 'me llevo a mi hija pero voy a hacerle la denuncia a usted'", relató la madre.
"(Al intentar bajar por la escalera) mi hija iba manchando todo, las mujeres de seguridad (entonces) me bajaron por el ascensor". Fuera del Hospital, compraron un pañal y Pistan tuvo que ponérselo a su hija en la vereda. Justo pasaba un policía y la abuela de la joven lo interceptó: "¿cómo es posible que tenga a mi nieta en la calle cambiándole un pañal?". El policía fue a consultar al Hospital y cuando regresó le dijo que el médico "estaba esperando a mi hija para atenderla, pero quería que vaya sola. Yo le dije que no, que no la iba a mandar a mi hija desangrándose", expresó Pistan.
La mujer tuvo que ir a ver a su empleadora, hija de un prestigioso médico, para contarle qué le pasaba. Ella fue al hospital a interceder. Funciono. Esta vez la atendió una médica.
"Antes de que internen a mi hija, me decían que había tenido un aborto en el baño del Hospital. Cuando le hicieron los análisis de embarazo dieron negativo", dijo la madre. "Entonces cambió el trato, le pusieron suero a mi hija", indicó.
Como de todos modos Parra Marín seguía negándose a hacerle una ecografía, la madre de la joven tuvo que salir a buscar mil pesos para pagar el análisis en una clínica privada.