La diversidad en los premios Oscar es hoy en día una de las cosas que más se le critica a la Academia.
Exactamente hace 10 años, en la entrega número 82, Kathryn Bigelow hacía historia al convertirse en la primera mujer en la historia de los premios Oscar en obtener el galardón en la categoría Mejor Director, una de las más importantes.
Este año no hay ninguna mujer nominada a Mejor Director. De hecho, en 92 años de historia solo 10 mujeres fueron consideradas para este premio y una sola lo ganó.
Natalie Portman tomó la bandera del reclamo y se presentó en la alfombra roja con una capa Dior bordada con los nombres de las directoras que no fueron nominadas. Entre los nombres están Greta Gerwig (“Mujercitas”), Lulu Wang (“The Farewell”) o Lorene Scafaria (“Estafadoras de Wall Street”), entre otras.
En el ojo de la tormenta estuvo Greta Gerwing ya que su filme sí estaba nominado a Mejor Película, categoría que siempre va de la mano con la de Mejor Director.
Las nominaciones de Mejor Película también fueron un lugar incómodo para la Academia ya que se le reprochaba la falta de diversidad en la temática de los filmes.
El test de Bechdel es un método para evaluar si un guión cumple con los estándares mínimos para evitar la brecha de género en la industria. Este año, de nueve películas nominadas solo cuatro pasan el test. Que una película en específico no lo pase no significa nada, pero cuando te das cuenta que la mayoría de las películas producidas no lo pasan, eso demuestra que hay historias que no están siendo contadas. Historias de mujeres.
La Academia va adaptándose a pasos muy lentos, ya que tuvieron que pasar 92 años para que una mujer pudiera dirigir la orquesta de la premiación.
Es muy valiosa la premiación de Reneé Zellweger por su papel en Judy, la biopic de Judy Garland, ya que la película interpela al Hollywood clásico y a su trato hacia las mujeres.
Esperemos que la entrega 93 nos traiga sorpresas y diversidad.