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BRASIL.- Tres personas mayores de 60 años que estaban internadas fallecieron en las últimas horas, con lo cual ascendió a 7 la cifra de muertos por coronavirus Covid-19 en Brasil, que reportó 621 casos confirmados y este jueves comenzó un acelerado operativo de reducción de actividades y medidas como el cierre de las fronteras terrestres con Argentina y otros siete países.
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Según Clarin.com, el primer caso fatal en el Estado de Río de Janeiro fue el de una empleada doméstica de 63 años que falleció por coronavirus y se convirtió en la quinta víctima reportada por las autoridades brasileñas, informaron hoy las autoridades.
El gobierno del estado de Río de Janeiro explicó que la mujer falleció en el municipio de Miguel Pereira, a 100 kilómetros de la capital carioca, y que era una paciente que tenía diabetes e hipertensión.
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Según la información oficial, la víctima se contagió el coronavirus de una mujer a la que le limpiaba la casa, que está infectada y había viajado al exterior recientemente.
La segunda víctima mortal en Río de Janeiro fue un hombre de 64 años que falleció en un hospital privado del municipio de Niteroi y había sido contagiado por un hijastro que regresó desde Nueva York, Estados Unidos.
El diario El País, de España, publicó una larga nota sobre cómo la muerte de esta empleada doméstica demuestra cómo la pandemia de coronavirus que ahora afecta a Brasil expone, entre muchas otras cosas, que quienes trabajan para familias ricas están bajo grave riesgo en Brasil, tanto en lo sanitario como en lo económico.
"Siete millones de mujeres ocupan esta posición en una sociedad que arrastra la herencia de la cultura esclavista que duró hasta el siglo XIX, de tener empleadas en las casas. Muchas de ellas trabajan sin contrato", dice la nota.
Y detalla casos particulares, espeluznantes:
La semana pasada, el periódico O Globo, relató la solución a la que habían llegado un empresario de Río de Janeiro y su esposa, diagnosticados con el coronavirus. Desoyendo recomendaciones de especialistas, no permitieron que la empleada doméstica se quedara en casa, quien tuvo que ir a trabajar “con un delantal, guantes y cubrebocas”. La noticia impulsó un movimiento en las redes sociales para decir lo importante que era no solo permitir que estas mujeres no fueran a trabajar, sino también seguir pagándoles su salario.