Un domingo cualquiera el Parque San Martín, pulmón verde de la ciudad de Salta estaría colmado de locales y turistas que buscan distenderse. Niños que corren, juegan y visitan a los patos del lago. Pero hoy, el segundo domingo de cuarentena obligatoria en todo el país, las postales son diferentes.
Los patos parecen haber tomado el Parque y circulan como antes lo hacían los ciudadanos comunes. Los negocios de “pulgas” y artesanías que abren por lo general hasta altas horas de la noche, están cerrados.
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En el centro de Salta el panorama es similar. Si no fuese porque aparece un camión de basura, el silencio sería casi absoluto. A lo lejos, una señora vuelve de hacer algunas compras, protegida con un barbijo.
La Iglesia San Francisco, la Catedral Basílica y otros espacios icónicos y restaurantes populares que recibían a familias enteras los domingos, están vacíos y sus sillas apiladas.
Mientras tanto, la estatua del Cuchi Leguizamón, sentado frente a la Plaza 9 de Julio se ríe por lo bajo, seguramente algún poema estará pensando, sobre este Coronavirus.
IMAGEN JAVIER SILVERA PARA LA GACETA
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