A tres semanas del asilamiento social obligatorio impuesto por el Gobierno para reducir el impacto de la pandemia del coronavirus en el país, el sistema de salud pública en Salta sigue en sala de espera. Personal de sanidad manifestó su preocupación ante la falta de elementos de protección e insumos para atender a los casos de coronavirus en la provincia, donde se estima llegarán a 10.000 los contagios, según cálculos del Ministerio de Salud Pública local.

Personal de salud pública, preocupado por la falta de insumos y material de protección

El mismo gobernador Gustavo Sáenz, después de anunciar la obligatoriedad del uso de barbijos a partir del 13 de abril, afirmó que al llegar al gobierno encontró "un sistema colapsado, sin médicos, sin ambulancias, sin enfermeros, ni insumos". Aseguró que su gobierno empezó a fortalecer el servicio desde el primer, como si "le hubieran avisado" lo que venía.

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Pero, a pesar de que el gobernador dijo que la provincia se está preparando para "una guerra", el subsecretario de gestión en el Ministerio de Salud, Raúl Ríos, reconoció que hay carencias y que el personal sanitario no cuenta con todos los elementos necesarios de trabajo.

“Vemos esa carencia, ya que son elementos que no sólo son costosos, sino que no tenemos la posibilidad de la confección urgente para fabricar esos elementos”, dijo en relación a la falta de indumentaria y elementos de protección para tratar a pacientes con COVID-19.

El gobierno de Salta reconoció que en los hospitales faltan elementos para afrontar la pandemia

La compleja situación que atraviesa la salud provincial toma notoriedad en una jornada donde la ministra de Salud, Josefina Medrano, aseguró que en Salta podrían morir hasta 1.500 personas si el brote del virus se desborda.

La funcionaría sostuvo que esos datos son previstos por Nación y, dentro de los escenarios posibles, el más benigno indiciaría que habría alrededor de 10.000 contagios y unos 400 salteños perderían la vida.

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En este contexto, la desinversión que hubo durante años en salud pública queda al descubierto. Así lo observó la secretaria general de la Asociación de Profesionales de la Salud de la Provincia de Salta (Apsades), Noemí López. “Te das cuenta al rojo en vivo de todo lo que falta: insumos, recursos humanos, servicios que esté óptimos. Se pone en desnudo la inversión en salud pública. Sabemos muy bien que cuando no se invierte en salud pública, el precio que se paga es muy caro”, sostuvo.

“Durante años nos dijeron los diferentes gobiernos de turno en el pasado que privatizar la salud era una salida porque estaba demostrado que el sistema público no servía. Cuando acá, en la Argentina, hace más de 70 años se instauró el mejor programa de salud del mundo, el Ramón Carrillo. Países del primer mundo lo copiaron y demostró que invirtiendo en salud pública es posible enfrentar esta crisis y todas las que vengan”, puntualizó la dirigente gremial de los profesionales de la salud.

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