“Si no se puede ganar, hay que saber empatar”. La máxima para cualquier equipo de fútbol, en teoría también debería dominar los números. ¿Cómo se puede, aunque más no sea, acercarse a cumplir esta meta hoy en un deporte que está haciendo agua por todos lados? ¿Qué hacer para evitar una gran cantidad de afectados? Y si es inevitable que los haya, ¿qué decisiones hay que tomar para mantener aún de pie a la actividad, ya no el negocio?
La burbuja del fútbol no está a punto de romperse. Ya lo hizo. Lo saben en la liga más cara del mundo -la inglesa-, también en las de media valoración -como la argentina- y en las más humildes. El coronavirus no sólo sembró el terror en la humanidad. También lo está haciendo con cada una de sus actividades.
Los ingleses están en ascuas. El coronavirus impuso un caos en un torneo sobrecargado por gastos insostenibles. La bomba dañará con sus esquirlas a dirigentes, dueños de clubes, políticos involucrados, futbolistas, incluso espectadores. Puestos los huevos prácticamente en una sola canasta -los derechos audiovisuales-, casi todos los clubes carecen de planes de contingencia. Y aunque los petrodólares se hicieron carne en los últimos años en la Premier, a esta altura ya nada alcanza. Incluso, se deduce que varias instituciones pueden ir a la quiebra, consecuencia del despilfarro y del parate.
Entendiendo que la salud financiera de cualquier emprendimiento se complica cuando la masa salarial supera el 60%, lo del fútbol inglés ya es para la internación. En el ejercicio 2018-2019, la afectación era del 54%, con una pérdida de 500 millones de euros entre los 20 clubes, siendo Everton el más deudor: 120 millones. En el actual, en sueldos se usó el 62% de lo producido. Y está en jaque el ingreso de 870 millones por derechos televisivos y de 450 millones por venta de entradas. Es decir, en la caída todavía no hay un fondo. Las autoridades de la Premier abrieron un paraguas: que los jugadores bajen un 30% sus sueldos. Hay ambiente de guerra por eso. Los números ingleses son escandalosos. Sheffield, ascendido este año, séptimo en la tabla de la Premier, destina el 195% de sus ingresos a pagar salarios. ¡El 195%! Aston Villa no está lejos: el 175%. Tampoco Norwich: el 161%.Todos se endeudaron pensando en el negocio futuro. La covid-19 es el abismo mismo.
Hay otro aspecto a considerar en lo que está pasando. Un parlamentario británico, Julian Knight, fue directo: “el fútbol vive en un vacío moral”. En el mundo hay quienes se preguntan por qué se pagan sueldos tan altos a los deportistas profesionales, y se los retacea a profesionales que atienden la salud, hoy soldados en la primera línea global en la batalla contra la pandemia. Una respuesta, casi una repetición sistemática como si fueran loros, es que sus carreras son elitistas, selectivas y como mucho duran 10 o 12 años.
El mexicano Javier “Chicharito” Hernández manifestó su sorpresa por el hecho de que un futbolista gane fortunas, mientras que los médicos y científicos que buscan la cura de la covid-19 no ganan nada. El delantero, que juega en la Major League Soccer de EE.UU., efectuó esta inesperada reflexión en redes sociales.
¿Qué hay del fútbol argentino? Los números están a años luz del inglés. Pero que hay problemas, es indudable. Si ya antes de la pandemia había incontables cabos sueltos que generaban preocupación -y ocupación con mucho desdén al amparo de los aportes de la TV-, ahora el mundo es otro. La economía, deprimida antes del coronavirus, va a empeorar después de la pandemia. Y los que mandan deberán asumir el control.
Tal cual está haciendo el Gobierno nacional, AFA pensó en aportes excepcionales. Así, destinó una ayuda a cada club que disputa una competencia que la entidad organice, la mayoría muy afectado por la inactividad y con sogas al cuello por las deudas. El dinero, de libre disponibilidad, procede de la Confederación Sudamericana: son $ 74 millones que el organismo remite regularmente a cada asociación o federación por medio de los Programas de Desarrollo.
Los paliativos son eso. No más. Resuelven la caja chica. Muchos clubes postergaron pagos para cuando vuelvan los partidos. Y como no hay juego, se está entrando en un “default selectivo”. El plantel de Huracán ya planteó deudas, que vienen desde enero. San Lorenzo también debe. Hay más en esta situación, pero la data se mantiene bajo siete llaves. River es otro caso: acordó pagar los sueldos de abril en cuotas.
Los más pudientes, o también previsores, actuaron con inteligencia antes de que el futbol se pare. Boca está en el primer grupo: completó pagos de abril sin problemas, al igual que lo hizo Vélez. Atlético está entre los segundos. El presidente Mario Leito dijo hace algunos días: “tenemos un club bastante ordenado, sin deudas, el cimbronazo no lo vamos a sentir tanto como otros”.
Hoy las cosas cambian de un día al otro. No hay soluciones mágicas que resuelvan los errores del pasado. Se viene otro mundo. Y el fútbol debería entenderlo.
Aporte nacional
Por Programas de Desarrollo de Conmebol, los 24 equipos de Superliga y los 30 de Primera Nacional recibirán un millón de pesos. Los de Primera B, $ 500.000; C, 200.000; Federal A, 190.000; D de Buenos Aires, 100.000.
Dinero de FIFA
La FIFA distribuirá en breve una suma cercana a los U$S 150 millones entre sus 211 federaciones, como primera parte de su plan de ayuda a la comunidad futbolística. Serviría para cubrir los gastos operativos de 2019 y 2020.
Sueldos argentinos
Sergio Marchi, secretario de Agremiados, dijo: “hay 600 jugadores de Superliga que ganan entre 40.000 y 300.000 pesos; otros 150 entre 300.000 y 500.000. Y unos 200 cobran por encima de 500.000”.