Tras diez días en los que no se registraron muertes por coronavirus en China, algunos colegios volvieron a funcionar. Los alumnos deben cumplir con un riguroso protocolo, con el fin de evitar probables contagios del virus Covid-19.
Mientras se mantiene para toda la población la obligatoriedad de utilizar materiales de protección individual y el distanciamiento social, las autoridades sanitarias y educativas empezaron a aplicar una serie de pasos, que los estudiantes deben cumplimentar indefectiblemente al llegar a la escuela: primero deben desinfectarse el calzado, arrojar a un cesto de residuos la mascarilla que usaron en la calle y lavarse bien las manos.
Posteriormente, un empleado se ocupa de desinfectarles toda la ropa por delante y detrás y luego los somete a un control de temperatura corporal. En las aulas fueron dispuestas ubicaciones individuales, uso de tapabocas y, en algunos casos, pantallas que delimitan cada pupitre y asiento. Cada alumno de Educación Infantil recibe un sombrero con un alerón que marca una distancia de un metro y medio con los compañeros. A su vez, los alumnos de cursos superiores deben sentarse a dos metros de distancia mínima respecto del resto.
Las normas de seguridad sanitaria también contemplan el cuidado de que no más de tres personas permanezcan al mismo tiempo en los baños y de comer en la mesa de estudio. Hasta que fue levantada la suspensión de clases que regía desde enero pasado, los profesores, alumnos y el personal no docente atravesaron un período de aislamiento de dos semanas.
En Wuhan, donde se registraron los primeros casos de coronavirus, la reapertura se limita, por el momento, a los 121 colegios secundarios de la ciudad, para que puedan asistir solamente los alumnos que cursan el último año. Es decir, contempla el retorno a clases de 57.800 adolescentes.