Alejandro Grimson (Buenos Aires, 1968) acaba de publicar el libro digital “El futuro después del covid-19”, primer fruto colectivo del programa Argentina Futura. Como su nombre lo indica, este último es un espacio que invita a pensar el porvenir del país. Nació con el cambio de Gobierno, funciona dentro de la Jefatura de Gabinete y tiene a Grimson como su titular (y como director y compilador de su primer libro). Desde allí, este antropólogo busca hacer su aporte a la gestión pública en, según define, el momento más difícil de los últimos años.
“A principios de 2018 -recuerda Grimson- conocí a Alberto Fernández y a Santiago Cafiero. Después pasó lo que pasó con la candidatura de Alberto. A partir de ahí colaboré con mucha otra gente en la campaña y el 10 de diciembre Santiago me invitó a asumir esta responsabilidad en Argentina Futura”. Cuenta que entonces le pareció que valía la pena comprometerse con el debate público, pero no deja de observar que apenas seis meses más tarde las metas ya han cambiado: “la función del programa era idear las políticas públicas para el mediano y largo plazo, pero tuvimos que readecuar este plan cuando a la recesión en la que veníamos se le sumó la pandemia, que hizo que todos los Gobiernos viraran su gestión para concentrarse en su impacto. Así que este libro es el primer producto de esa readecuación”.
- ¿Cuál es el fin de escribirlo tan a contrarreloj?
- Consideramos que el libro era urgente porque en una crisis como esta se hace muy difícil pensar por fuera del día a día, del presente más inmediato. Entonces, el objetivo de la publicación es abrir los horizontes de las imaginaciones cultural, social y política para construir el hoy con una visión de los próximos años y las próximas décadas, porque inexorablemente nos va a tocar construir el futuro. Es decir, nos va a tocar construirlo en el contexto que sea. Con esta idea, lo que nosotros hicimos fue invitar a decenas de intelectuales públicos y referentes culturales; algunos de ellos aceptaron y otros espero que estén la próxima vez, porque efectivamente es un libro que se produjo muy rápidamente, en pocas semanas. Pero estamos muy satisfechos con la respuesta: tenemos a casi 30 intelectuales que vienen de distintas disciplinas, tienen diferentes miradas y pertenecen a diversas tradiciones políticas.
- Ahora menciona como algo positivo que estos intelectuales tengan distintas miradas, pero al mismo tiempo, en la presentación del libro, expresa su temor a que en algunas zonas la pandemia genere salidas conservadoras. ¿Los conservadores no tienen lugar en la Argentina futura que imagina?
- Nosotros no queremos una Argentina uniforme, pero tampoco queremos una Argentina dividida. Creo que aquellos opositores que no tienen responsabilidad de gobernar están tratando de lograr una división en la Argentina, y el libro lo que expresa es que queremos una Argentina unida, que conviva en sus diferencias.
-También en la presentación del libro usted afirma con aprobación que, en el inicio del siglo, un grupo de países sudamericanos desplegó por más de una década políticas que se oponían al retiro social del Estado. ¿A qué países se refiere?
-En Sudamérica, salvo Colombia y Perú, a todos.
- ¿Incluida Venezuela?
- Hay muchas cosas para discutir país por país, experiencia por experiencia. Hubo problemas, hubo dilemas, hubo ataques de fuerzas conservadoras. Todo eso fue ampliamente discutido y yo marqué muchos de los errores cometidos por los propios Gobiernos en su momento. Pero yo creo que en términos generales fueron mejores porque fueron Gobiernos que redujeron la pobreza y las desigualdades distributivas. Algunos, como los del PT (Partido dos Trabalhadores) en Brasil, el Frente Amplio en Uruguay y Evo Morales en Bolivia, lograron avances impresionantes en términos de inclusión social. No estoy diciendo que esto exima a esos Gobiernos de problemas o errores, pero sí estoy diciendo que el neoliberalismo profundizó todas las desigualdades y estos Gobiernos lograron reducir algunas.
- ¿El de Fernández se va a contar entre esos Gobiernos? ¿Cómo lo definiría?
- La verdad es que yo soy muy antietiquetas, no me gustan las etiquetas porque me parece que ocultan más de lo que revelan. Pero puedo decir que, mirado desde la Argentina e inscripto en su historia, el Gobierno de Alberto expresa una síntesis de la diversidad de los peronismos y del campo popular. Es un peronismo antineoliberal y democrático, que busca articular con otros sectores del campo popular en el siglo XXI. Y en un plano internacional, es parte de los Gobiernos que quieren colocar en el epicentro de la política al ser humano y no al capital financiero.
- ¿Esa diversidad que hay en el Gobierno no genera conflictos y tensiones internas entre Fernández y Cristina Kirchner?
- Lo que yo veo personalmente, desde el lugar en que me toca estar, es que hay muchas más fantasías de discusiones o de tensiones al interior del Frente de Todos de las que hay en la realidad. Cualquier diferencia suele ser noticia, pero me parece que la coalición funciona mucho más aceitadamente de lo que muchas veces se percibe.
- ¿Cuál es la Argentina futura que habrá al final de la presidencia de Fernández?
- Él hace poco declaró que uno no gobierna en el momento en que quiere sino en el que le toca, y le tocó esta pandemia, que es también una catástrofe económica. Entonces es difícil hacer un pronóstico, pero sí imagino una Argentina más integrada territorialmente, más federal, con mayor igualdad de género, con mayor igualdad en el plano étnico y con mayor igualdad distributiva.