Los relatos se multiplican: repatriados que reciben un trato inhumano en los lugares donde deben cumplir la cuarentena. Un trato que ni siquiera recibe un preso.
El problema viene de antes: el miedo a los repatriados, el maltrato en las rutas, las puertas que se cierran en cada lugar donde un colectivo intenta detenerse.
“Nos tratan como animales”, dijo un trabajador golondrina, recién llegado de Río Negro.
Repatriados en Salta denunciaron malos tratos en los hoteles y se armó revuelo político
El problema no es menor: según datos del Ministerio de Salud de Salta hasta el viernes había 760 salteños hospedados en hoteles y otras 800 en situación de aislamiento, en sus viviendas particulares.
Hace más de dos días que repatriados salteños no pueden bajar del colectivo, en Metán
Griselda Rangeon, Directora General de Coordinación Epidemiológica del Ministerio, fue quien explicó que las personas que ingresan desde zonas rojas, áreas con circulación de virus con transmisión comunitaria, cuando llegan a la provincia reciben el aislamiento en los lugares centralizados. Los que vienen de otras provincias tienen la posibilidad de hacer el aislamiento en sus domicilios, si es posible y las condiciones son adecuadas.
Tras las críticas, desalojaron a todos los repatriados del hotel Victoria Plaza
Hasta la semana pasada el protocolo era otro: quienes venían de zonas rojas cumplían su aislamiento, a veces en su vivienda, controlado por personal sanitario y de seguridad. Al término de ese aislamiento, se tomaba en la vivienda la muestra y después se daba el alta. El protocolo cambió con el caso positivo de Rosario de Lerma, con la turba que intentó linchar a la paciente y apedreó a la ambulancia en la que fue trasladada a la capital salteña.
Esta semana se hizo viral un video publicado por el periodista Samuel Huerga, donde se ve las pésimas condiciones en las que están alojados los repatriados en Orán.
En Radio Cadena Noa se hicieron eco del relato de los tres trabajadores rurales que arribaron a Orán desde Río Negro. Luego de viajar durante más de tres días y medios, llegaron a Orán con hambre y sed. Los trabajadores señalaron que un funcionario municipal les negó el alojamiento de la casa de Retiro del Obispado y después, fueron trasladados a una casa abandonada, que había ofrecido el pariente de uno de los trabajadores.
“Nos tiraron como animales, nadie nos viene a controlar, no nos llevan un registro de la temperatura ni de nuestro estado de salud”, declaró Rene en entrevista con el periodista Samuel Huerga. “Aquí no hay camas, dormimos en el suelo en unas colchonetas muy finas y es muy posible que con este frio nos enfermemos”, anticiparon.
El trabajador de 54 años también advirtió que llevaba varios días sin comer. “Soy el sostén de mi familia, no tenemos ingresos y mis hijos tiene que ir al merendero. Porque aquí nadie nos trajo nada de alimentos”, se lamentó.
En la capital salteña, un relato similar dio un repatriado, hospedado en el hotel Buenos Aires.
Gastón Acuña fue quien publicó en Buufo.com una crónica de su estadía en este lugar.“El personal de seguridad nos comenta que es mejor que estemos acá porque ya hubo varios casos de repatriados que intentaron ser linchados, apedreados o agredidos por sus vecinos tan sólo por volver al domicilio de la provincia de la cual son oriundos o residentes”, escribió Acuña.
Sobre las condiciones de hacinamiento, que denunció en distintos medios, publicó la respuesta de una funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social. “Poti” Cabrera, una de las personas del Ministerio de Desarrollo Social que está trabajando para ayudarnos, a través de un comentario en las plataformas digitales, ponía en tela de juicio mis palabras al mismo momento que realizaba las declaraciones. Me llamó mucho la atención así que cuando terminé de declarar le escribí por Whatsapp para preguntarle con qué no estaba de acuerdo. Su respuesta fue que durante gran parte de su vida tuvo que compartir una cama con sus tres hermanos y una madre, y ésas sí eran condiciones difíciles de vida”.
Hotel Victoria Plaza
Semanas atrás, cuando un salteño dio positivo a Covid-19, trascendieron los problemas que tenían los repatriados alojados en el hotel Victoria Plaza, a metros de la plaza principal.
Las personas cuestionaron la falta de medidas sanitarias y de higiene para evitar la propagación del COVID-19 en el lugar.
Además del hacinamiento, y de la falta de higiene, cuestionaron la comida.
De acuerdo a los testimonios recogidos, la calidad de los alimentos fue en detrimento a medida que la cantidad de pasajeros aumentó.
El mismo gerente del Hospital del Milagro, Juan José Esteban, dijo que en el hotel Victoria Plaza“no se estaban cumpliendo todos los protocolos. “Las médicas comentaron que comparten las habitaciones cuando llegan las meriendas, y que en la cena bajan todos a buscar platos; el aislamiento es muy parcial”, dijo.
El secretario de gobierno Matías Posadas fue consultado por estas últimas denuncias y también se explayó sobre el funcionamiento de los albergues.
“En el interior, en algunos casos puntuales, le pedimos colaboración a los intendentes los problemas que van surgiendo… El hotel Buenos Aires está en buenas condiciones, ya se puso wi fi. La mayoría son estudiantes que vienen de Córdoba”, dijo.
Posadas aceptó que hay algunas quejas; pero destacó que están trabajando para garantizar las mejores condiciones.
“La provincia facilita estos alojamientos, las comidas y también se los asiste en cada planteo que hacen. La mayoría de los pasajeros están conformes y son comprensivos de la situación: son medidas tomadas para cuidar a más de un millón y medio de salteños, para evitar que el virus circule”, enfatizó
Sobre el criterio elegido para seleccionar los hoteles, dijo que se busca qaue estén en buenas condiciones. “La mayoría son hoteles, no todos. Se busca que las personas puedan estar en buenas condiciones. Es un trabajo que está haciendo el ministerio de turismo que va viendo la disponibilidad y quiénes son los dueños de hoteles que están dispuesto a habilitar estos lugares estos efectos. A los empresarios se les paga por pasajero o persona ingresada y por otro lado la provincia contrató el servicio de comida.
Por otra parte, el gobierno provincial intenta cobrarles, a quienes pueden pagar, por el servicio de hotel y comida. “La provincia lo facilita a quienes no pueden. Pero quienes pueden, deben pagarse ellos el aislamiento”, dijo Posadas.
La diputada Patricia Hucena, por su parte, dijo desconocer denuncias por malos tratos en Orán. La legisladora acotó a LA GACETA que “el aislamiento de los repatriados en el interior cada municipio se hace cargo”.
Drama sobre ruedas
Al cierre de esta nota se conoció la situación crítica de 44 personas, que estaban varadas en Metán: desde hace dos días que habían salido de La Rioja y no podían bajar, si quiera, para comida.
“Yo soy de La Rioja, nuestro gobernador brindó a mucha gente de Tucumán, Salta y Jujuy los mejores hoteles para no dejarlos tirados. Estamos acá con su gente y no quieren dejarlos ingresar. Nadie sabe nada, nadie nos da una respuesta de nada y hay criaturas que no desayunaron”, expresó Federico, el chofer del transporte a Multivisión.
“Venimos viajando hace tres días, necesitamos agua y algo para comer. Pedimos asistencia pero no nos podemos bajar del micro”, finalizó el chofer.
El miedo y la burocracia se combinan, a veces, con consecuencias nefastas.