El crimen de la docente Rosa Sulca sigue generando cimbronazos dentro de la policía de Salta.
Este miércoles, los fiscales inspeccionaron el edificio central del 911, sistema de emergencia de la provincia que tuvo, según los investigadores, un rol clave en la muerte. Cabe recordar que Rosa Sulca consiguió llamar al 911 solicitando ayuda al grito de “me están matando”. El audio trascendió y es bastante elocuente. Los policías que acudieron esa noche a la casa de Sulca tocaron la puerta y, como nadie atendía, se fueron en menos de un minuto.
Es por eso que los fiscales pusieron en la mira primero a esos dos policías y luego a distintos trabajadores, entre los cuales se encuentra el mismo comisario Fabián Tolaba, a cargo del sistema de Emergencias, quien en un primer momento se resistió a entregar el audio de la llamada a la fiscalía, pese a que en esa llamada también se escucha la voz de la asesina.
Verónica Simesen de Bielke y Pablo Rivero visitaron, entonces, esta mañana el edificio y recalcaron que la muerte de Rosa Sulca era evitable.
El Procurador Abel Cornejo ya había adelantado su opinión sobre que todo el sistema de emergencias funciona mal.
Es por eso que también están imputados por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona seguido de muerte el operador de Demanda Ciudadana, Pablo Ezequiel Bisón Enríquez; el supervisor de Demanda Ciudadana, Marcelo Rubén Tintilay Cordeyro; el despachante policial Héctor Roberto Herrera; el jefe de Despacho de Emergencias Policiales, Gustavo González, y el supervisor de Despacho, Normando Domingo Corbera.
En todos los casos, los fiscales penales Verónica Simesen de Bielke y Pablo Rivero consideraron que los imputados omitieron dar cumplimiento a sus distintas obligaciones y eso llevó a la muerte evitable de la docente Rosa del Milagro Sulca.
El por qué de estas imputaciones se debe a una cuestión expuesta por el abogado de los policías Antonio Exequiel Sanhueso y Juan Carlos Vizgarra, quienes acudieron esa noche a la casa de Sulca. Según el abogado, sus defendidos jamás escucharon el audio y sólo recibieron un escueto mensaje que daba cuento de un posible delito. El abogado hace hincapié en que el problema fue de comunicación, en la central de operaciones.
También queda claro que quien recibió el llamado tampoco tuvo un seguimiento del operativo.