En pleno partido, en Son Moix, un intruso saltó al campo de juego y obligó al árbitro Del Cerro Grande, en el minuto 54, a parar el juego entre Mallorca y Barcelona.
Con una camiseta del seleccionado argentino con la N° 10 de Messi en el dorsal, un fanático burló los protocolos para interrumpir el partido, sacarse una selfie con Jordi Alba y cuando intentó acarcarse a "La Pulga", los efectivos de seguridad lo sacaron de la cancha.
Oficialmente se informó que ingresaron 170 personas en el estadio. Resulta llamativo el modo y la facilidad con que el intruso, que ni siquiera llevaba tapabocas, se coló en pleno cotejo.
La televisión pasó rápidamente las imágenes de la insólita escena.