Lograr una dieta variada requiere insistir de mil maneras para que los chicos acepten lo nuevo, pero destaca Victoria Cavoti, médica y cocinera, es importante no engañarlos ni esconderles los alimentos. “Si escondemos, por ejemplo, el brócoli, no vamos a lograr que sean conscientes y puedan descubrir si les gusta solo o lo prefieren con una salsa. Ofrecerles alimentos -que sabemos que son nutritivos- gratinados al horno, en croquetas, sopas o licuados (y en helados) en caso de frutas, es muy útil”. “Otra opción -agrega- sería utilizar sus alimentos favoritos como carriers o transportadores de los que nos cuestan más que acepten. Por ejemplo, si no quieren manzana, podemos comenzar haciendo un batido de manzana y yogur, y luego agregarla rallada y/o en daditos a su postre preferido. Si dice que no le gusta la espinaca, pero el puré es su preferido, empecemos mezclando parte espinaca con el puré”. Otra idea es usar legumbres procesadas en lugar de harina para hacer panqueques.
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“Un recurso que trabo en talleres de cocina para padres y niños -cuenta- es dibujar los alimentos y colorearlos. La mayoría de los alimentos que rechazan son verduras; al dibujarlas, describirlas y ver los colores podemos descubrir juntos que vienen de la naturaleza, que surgen de una semilla, que personas han trabajado en el campo para obtener ese alimento... y por qué no hacer una germinación y ver el crecimiento de una semilla”.
Y otro espacio de aprendizaje ideal es la cocina: no sólo para incorporar nuevos alimentos y aprender hábitos alimentarios; también adquieren habilidades motoras y calman la ansiedad, un ingrediente que aumentó en su vida por el aislamiento social, destaca Cavoti. Y podemos arrimar más ventajas: aprenden la importancia del orden y la higiene, y ejercitan operaciones matemáticas.
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De a poco
“Como todo cambio, cuando buscamos comer sano y casero debemos apelar a recetas fáciles y a la incorporación amable y respetuosa de nuevos ingredientes -señala-. Si los chicos están acostumbrados a comer galletas de paquete, no vamos a ofrecer de un día para el otro cookies integrales con pasas de uva, porque el cambio es muy grande y vamos a lograr el efecto contrario del esperado. Para pasar de los paquetes a las recetas caseras hay que incorporar de a poco opciones más saludables”.
Aquí algunas de ellas: ir disminuyendo la cantidad de azúcar, y usar azúcar no refinada; incorporar de a poco harinas integrales, de algarroba o harinas de legumbres (aportarán proteínas vegetales); incorporar semillas, usar yogures, quesos y aceites en lugar de manteca... Una postre de chocolate muy sencillo que propone Cavoti: “Mezlar (para una persona) 1 yogur de vainilla con probióticos con 1 cucharada de cacao amargo; acompañar con maní sin sal, o copos de cereal sin azúcar. También está buena la versión helada, colocando la preparación en el freezer”..