Si algo le sobra al rugby argentino en estos tiempos de pandemia son incógnitas, pero desde la noche del lunes tiene una menos: la de cuándo podrán comenzar Los Pumas a entrenarse. El Gobierno nacional accedió a la solicitud del Ministerio de Turismo y Deportes y emitió un decreto en el que incluyó a los jugadores del seleccionado argentino y a sus equipos de trabajo dentro de las excepciones al aislamiento social, preventivo y obligatorio, así como a la prohibición de circular. La medida se fundamenta en el tiempo de preparación que necesitan para afrontar el Rugby Championship, su principal compromiso del año y con toda seguridad también el único, ya que la ventana de julio fue cancelada y la de noviembre no podrá ser atendida por conflictos de agenda: en este contexto particular, el Rugby Championship fue reprogramado para jugarse entre el 7 de noviembre y el 12 de diciembre, fuera de su época habitual y con Nueva Zelanda como única sede. Esto último, vale aclarar, dependerá de cómo reaccione el gobierno neozelandés al nuevo brote de casos confirmados ayer (ver aparte).
Si bien la autorización se hizo efectiva a partir de su publicación en el Boletín Oficial de ayer, Los Pumas comenzarían a entrenarse recién la semana que viene, una vez resueltas cuestiones de logística y realizados los testeos previos. Las prácticas se llevarán a cabo en Casa Jaguares, el centro de entrenamiento de alto rendimiento ubicado en Ingeniero Maschwitz donde el plantel de la franquicia hizo la pretemporada para el Súper Rugby.
En un principio, el head coach Mario Ledesma elaboró una lista de 59 preseleccionados, en la que figuran los tucumanos Nicolás Sánchez, Matías Orlando, Ramiro Moyano, Domingo Miotti, Javier Díaz, Mateo Carreras, Tomás Albornoz y Gonzalo García. Estos últimos dos, junto a José Luis González, vienen entrenándose en la Academia NOA bajo las instrucciones de Álvaro Galindo y un preparador físico desde que se abrieron las puertas de Los Tarcos. De esa amplia base de jugadores se recortará el plantel que viajará a Oceanía para el Rugby Championship.
La idea es que Los Pumas tomen algo de rodaje competitivo en el Sudamericano que se planea disputar en septiembre en Uruguay. En ese sentido, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica contarán con una clara ventaja, ya que además de haber comenzado antes con la preparación, llegarán con buen ritmo de competencia después de haber jugado sus torneos domésticos.
Lógicamente, la vuelta del seleccionado argentino a los entrenamientos se hará con ciertas limitaciones, debiendo cumplir con las disposiciones aprobadas en los Protocolos de Actuación y Control de Coronavirus. Entre otras medidas, los jugadores deberán mantener una distancia mínima de entre 1,5 y 2 metros, practicar en grupos reducidos, evitar el uso de transporte compartido y el uso de duchas, entre otras medidas de seguridad. Será la UAR la responsable de garantizar las condiciones de higiene, seguridad y traslado de los jugadores y los equipos de trabajo.
Si bien todavía no hubo confirmaciones sobre la agenda de Los Pumas en la antesala del torneo, la intención es viajar con cierta antelación para que los jugadores puedan cumplir con el período de cuarentena a su llegada a Nueva Zelanda y disputar amistosos preparatorios.