En medio de la cuarentena por la pandemia de la covid-19 y frente a rechazos de distintos sectores para modificar la política impositiva nacional, los diputados del Frente de Todos presentaron ayer el proyecto que propone crear por única vez un impuesto a los patrimonios que superen los $ 200 millones, a fin de reforzar la recaudación fiscal, que tuvo una fuerte caída por la crisis generada por la pandemia.
Mediante este tributo, el oficialismo calcula que se podrán recaudar unos $ 300.000 millones, que serán invertidos en obras públicas, mejora del sistema de salud, apoyo a las PyME y programas sociales, entre otros.
De acuerdo con el cronograma diseñado por el oficialismo, la intención es comenzar a debatir el proyecto la semana próxima en comisión, según se acordó ayer en una reunión del bloque que encabeza Máximo Kirchner.
“A los que van a hacer este aporte no les va a cambiar la vida, pero a los que reciban sus beneficios la vida les va a ser un poco mejor”, indicó ayer Carlos Heller, uno de los firmantes de la iniciativa y presidente de la comisión de Presupuesto que debatirá el proyecto. “El aporte será realizado por un grupo reducido de personas que tienen la mayor capacidad de contribución”, agregó. Por su parte, Fernanda Vallejos, presidenta de la comisión de Finanzas, aseguró que “este aporte, que reviste la característica de extraordinario, se plantea en un escenario que, indudablemente, también lo es y, por tanto, exige respuestas también extraordinarias por parte del Estado”.
¿Qué dice el proyecto?
Los diputados oficialistas lo resumieron de la siguiente manera:
• “Se trata de un aporte por única vez que va a alcanzar exclusivamente a las personas humanas de elevado nivel patrimonial; y sólo están incluidos quienes posean una riqueza declarada superior a los $ 200 millones con una alícuota del 2%, que incrementa a medida que el patrimonio es mayor”.
• Alcanzará a unas 12.000 personas; la mitad de ellos, según los oficialistas, tienen un patrimonio de entre $ 200 millones y $ 400 millones.
• “La mayor tasa alcanza a menos de 300 personas y por los bienes que las personas alcanzadas tienen en el exterior, las alícuotas son un 50% mayor”.
La clase media
La iniciativa que, según el Frente de Todos alcanzará los que poseen mayor fortuna, fue el corolario de una jornada de tensión para las autoridades del Ministerio de Economía. A primera hora había trascendido que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), un organismo encabezad por la economista Mercedes Marcó del Pont, planeaba subir la alícuota máxima del impuesto a las Ganancias del 35% al 41%. Ese reajuste implicaba un duro golpe al bolsillo de la clase media.
Desde la cartera que dirige Martín Guzmán se aclaró que no habrá aumentos en monotributo ni en Ganancias para personas físicas, en el marco de la reforma tributaria, con la que el Gobierno busca ampliar la base imponible de los impuestos progresivos. La propia Marcó del Pont había dicho que esos cambios estaban direccionados a que la capacidad contributiva de las personas para que aquellos que más tienen paguen más impuestos.
“Se les pide más sacrificio fiscal a los contribuyentes, pero estos se dan vuelta y tratan de ver dónde está el mayor sacrificio en el gasto público”, afirmó el tributarista César Litvin. “No hay tolerancia en la sociedad para mayor carga fiscal. Es cierto que hay países que tienen impuestos a las ganancias por más del 40%, pero como contrapartida el IVA es de un dígito, o con impuestos al consumo mucho más bajos”, acotó.