Semanas atrás Morillo vivió momentos de angustia, cuando casi todos los presos y efectivos de una comisaría dieron positivo a coronavirus.
El incidente tuvo, dentro de todo, un buen final: todos fueron atendidos y no se produjo ningún motín.
La comisaría fue desinfectada tres veces, ante la enorme carga viral que había en sus pisos, paredes, muebles.
Pero ahora vecinos de la zona sienten que esa pesadilla puede recomenzar: a través de La Gaceta WhatsApp dieron a conocer que, ante la falta de policías, llegaron al pueblo efectivos de Tartagal para reforzar el personal de la comisaría 44. Ocho policías a los que no se les hizo test alguno. Nada de hisopados. Ni siquiera se les tomó la temperatura. Y eso que esos ocho efectivos arriban desde un municipio donde hay circulación comunitaria de coronavirus.
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