“Es un momento triste para todos. El mundo entero está llorando. Con la partida de Diego Maradona se murió la alegría que nos daba el fútbol. Por eso decidí no publicar chistes hasta el sábado. Voy a respetar el duelo nacional”. Un día Miguel Martín se puso serio. No está de humor para intentar dibujarles una sonrisa a sus seguidores. “Lloré el miércoles junto con mis hijos. Hasta mi esposa lloró, aunque nunca lo vio jugar. Ya nada volverá a ser igual porque él era único e inigualable”, destacó el humorista quien siempre se definió como “un maradoneano” auténtico.
Martín reconoció que le costó aceptar lo sucedido. “Estábamos almorzando y mi suegro es quien comenta que Diego había muerto. Le dije que seguramente era una mentira, como había sucedido en otros momentos. Pero no estaba tranquilo. No comí ni postre. Tomé el teléfono y empecé a chequear la página de LA GACETA y de otros diarios. Luego fui a las redes sociales y entendí que lo peor había sucedido. El dolor fue inmenso. Como si se hubiese muerto un familiar muy querido o un amigo de toda la vida. Es que de alguna manera Maradona siempre estuvo presente en nuestras vidas”.
El peor de los castigos
No fue un día más. La muerte del “10” conmovió al mundo entero. En medio de tanta tristeza, Martín decidió homenajearlo en la intimidad de su hogar. “Me puse a buscar videos y me quedé viendo esas imágenes durante varias horas”, indicó. Luego recordó que cuando era joven en su habitación tenía colgado varios póster del astro. “Una vez mi mamá rompió uno porque me porté mal. No lo podía creer. Fue el peor castigo que podía haber recibido”, asegura. Y luego le da paso a los recuerdos. “En 2007 estaba en Buenos Aires y tenía una mochila con una camiseta de la Selección comprada en una feria. También tenía un felpón por si un día me cruzaba con él para pedirle un autógrafo. Pero no lo pude encontrar por ningún lado. Un día fui a TyC Sports porque vi que estaba en el estudio dando una nota, pero no me dejaron entrar”, rememora. “Entonces a las pocas semanas volví otra vez a TyC Sports. Fui a ver un programa a la siesta. Cuando termina estaba Marcelo Palacios y le pedí el teléfono de Diego, pero no me lo quiso dar. Me dio la dirección pero me dijo que era muy difícil que lo encontrara. Me dio el de Bochini y lo hablé y le pedí que me firmara la camiseta. Me dijo que si, pero tampoco pude ir a verlo. Al final no pude tener ninguna de las dos firmas”, explica.
“Para mí, que soy muy futbolero, fue un baldazo de agua fría. Yo tenía siete años cuando le ganamos a Inglaterra. Me acuerdo de que fuimos a la plaza insultando a los ingleses, menos cuando pasábamos delante de la iglesia, porque yo iba a catequesis. Y después cuando ganamos la final fue una fiesta. Nos subimos a un camión para festejar”, recuerda.
No pudo conocerlo
A Miguel Martín le va a quedar un gusto amargo. “Si había un famoso al que quería conocer era al Diego. Le había dicho a mi representante que si nos llamaban en algún momento para actuar iba gratis. Y no pude”, se lamenta. Y larga otra anécdota: “tengo un amigo, Maxi Vera, de Monteros, que una vez me muestra una camiseta rosa que decía Coca Cola y que había usado Maradona en ‘Ritmo de la Noche’. Diego se la había regalado a Emanuel Ortega, pero a Ema no le interesa el fútbol, y se la dio a Maxi. Le pedí de todas las maneras posibles que me la diera y no hubo caso. Y lo peor es que después se la robaron. ¿Cómo te van a robar una camiseta de Maradona? Yo la hubiera tenido dentro de cuatro cajas de seguridad. Así tengo la del Mecha Arce, guardada. Me quedé con mucha bronca”. “Tengo DVD de Diego en mi biblioteca. Justo la semana pasada había bajado una imagen de las piernas de Maradona para hacer una remera. Es todo muy triste”, reflexionó. “Agarré algunos de mis DVD y les mostré a mis hijos. Lo que mas les sorprendió fue las patadas que le daban, y yo trataba de explicarles que después por eso caminaba despacito”, relató.
“Es muy difícil empatizar con Maradona. Como dijo Ernesto Cherquis Bialo. Diego pasó de Fiorito al siete estrellas de Dubai. No debió ser fácil ser Maradona. Fue la voz de los callados, por eso cuando hablan mal de Maradona yo me hago el boludo”, se sincera.
Cable a tierra
Martín coincide que el fútbol es la droga de los pobres, y que Diego fue el cable a tierra de muchos. “Era una alegría verlo, sobre todo en épocas muy complicadas. Cuando había partidos de Mundial se unían todos, los de River, los de Boca. Nadie nunca hizo nada así en Argentina. Diego era el alma de la Selección. Hay que ser consciente de dónde llegó él jugando al fútbol”.
Siendo un comediante, Martín asegura que el mayor mérito de Maradona fue haber hecho feliz a la gente. “No me voy a comparar ni en pedo, pero darle alegría a la gente es lo mejor que te puede pasar y una a veces no se da cuenta de eso -sostiene-. De lo que representa hacer feliz al otro. Este tipo hizo felices a millones de personas jugando a la pelota”.