“En un volcán a 7.000 metros de altura, se realizó el descubrimiento arqueológico más importante de la década”, relata el sitio oficial del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) de Salta. Este espacio, es uno de los lugares más visitados de la Provincia. Solamente en enero tuvo cerca de 14.500 visitas, la mayoría argentinos, “aunque siempre vienen muchos extranjeros”, relata la directora del museo, Gabriela Recagno.
En un marco de profundo respeto, descansan en el Museo los restos de los tres niños hallados en marzo de 1999, conservados por el frío, en la cumbre del volcán Llullaillaco, a 6700 metros de altura sobre el nivel del mar. Alrededor de ellos había más de ciento cincuenta objetos que componían su ajuar funerario: un particular mundo en miniatura que los acompañó en su viaje al más allá y que hoy se muestran en su salas.
El objetivo del museo es “lograr el respeto por la diversidad cultural, el conocimiento profundo de una cultura que está viva en Salta y en el norte argentino. El idioma quechua, lo incaico está presente en la identidad de los salteños y tiene un rol social importante”, dice Recagno a LA GACETA. El museo realiza expediciones regularmente con el fin de investigar la temperatura del volcán, para poder medir las variaciones del clima y garantizar la conservación de los cuerpos.
Cristian Vitri, antropólogo profesor e investigador, fue uno de los últimos encargados de viajar al Llullaillaco con el fin de colorar medidores del clima. En esta última expedición se encontró el último hallazgo que se expone hoy en el MAAM: los zapatos de montaña incaicos.
“El Llullaillaco es una montaña sagrada, o waca, como hay muchas en Salta y en los Andes. En algunas de ellas se realizó el capac cocha que es la “obligación real” de algún tipo de sacrificio”, explica Recagno.
Según el sitio oficial Antropológico Salta, la palabra Llullaillaco, quechua, se divide en dos significados: "Llulla" significa mentira, cosa engañosa, vana o falsa. Mientras que “Yaku” o “llaco” quiere decir agua, o sea que el nombre del volcán significaría, “la aguada del engaño”. Aunque también se habla de que el nombre del volcán significaría “agua de la memoria” nos cuentan desde el Museo.