El fin de semana pasado se corrió el Raid de los Andes Columbia 2015. Conocé las historias de algunos de los 1.700 fanáticos que salieron a correr atravesando uno de los paisajes más lindos del país.
La carrera se desarrolló entre Jujuy y Salta durante los días ocho, nueve y diez de mayo. Aficionados de las carreras fueron los primeros en salir de la línea de largada. La carrera consiste en tres etapas que se corren por diversos paisajes del norte. El primer recorrido se hace por la Quebrada del Toro en Salta, a través del camino del famoso Tren a las Nubes; la segunda etapa corresponde a la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy, con el cerro de siete colores de fondo y; la tercera etapa se recorre a través de las Salinas Grandes que comparten ambas provincias. Con mezclas de emociones, cansancio físico y mucho entusiasmo, recorrieron los 52,2 kilómetros que suman las tres etapas.
María Victoria Melo tiene 40 años, es licenciada en publicidad y marketing y participó de este evento único en el norte junto a más de 1.700 corredores. Si bien considera que corre para disfrutar cuida su alimentación y el entrenamiento para llegar en buen estado a las carreras y no pasarla mal. “Durante la carrera, juegan distintos factores la altura, las trepadas, las bajadas, ¡es mas difícil que una carrera de calle, pero es lo más!”, cuenta sonriendo a LA GACETA. Para Victoria lo importante es no exigirse y seguir el ritmo que te brinda el cuerpo.
“El segundo día es el más duro de todos, porque es todo ascendente”, explica. Cuando se le consulta por qué lo hace y qué es lo que más le gusta, Victoria explica que le encanta transitar por los cerros pero que en las carreras disfruta mucho hacer los circuitos con gente de afuera, “ver como disfrutan nuestros paisajes y de nuestras montañas, que son para mí únicas, se da un lindo clima de amistad y solidaridad. No le cambiaría nada a la carrera”, dice.
Natalia Suppa también participó de la fabulosa experiencia y nos cuenta de qué se trató el Raid de los Andes. “Me sorprendió la gran cantidad de corredores porque participé de la primera edición que fue en 2012 y no llegábamos a los 300, ahora fue increíble”, cuenta a LA GACETA.
“Creo que lo fabuloso que tiene la carrera, y lo que atrae a tanta cantidad de corredores, es cruzar la Cordillera en tres días, la geografía atrae mucho. Una parte del recorrido que es increíble es cuando transitamos por las vías del Tren a las Nubes, en San Antonio de los Cobres”, detalla la corredora, que afirma que es fundamental tener experiencia en estas carreras tan exigentes para el físico. “El que no la tiene va de menos a más porque al principio pone todo y después se queda sin fuerzas”, considera la experimentada atleta de 38 años.
Para Suppa, la etapa más difícil de la matarón “es cuando estás en las Salinas y la altura se hace sentir. No podes comparar la diferencia de tiempo que tardas en recorrer 11 kilómetros allá, que si estuvieras en una avenida de Salta”.
“Tuve la suerte de poder correr la última etapa, gracias a que un organizador me lo autoriza, y vivir la experiencia de correr a tal altura, con ese paisaje mágico del salar, con muchísima gente con el mismo objetivo, el amor y la pasión por correr”.
La atleta recalca que “el premio mayor” en estas maratones no está en el valor monetario: "¡error, aquí no hay nada de eso!", dice y asegura que "el premio mayor es el compañerismo, la solidaridad, la perseverancia, la constancia, la humildad, la alegría, la pasión, y el amor lo que uno hace, en este caso correr, que se vivencia a lo largo de todo el proceso (antes, durante y después) de la competencia.”
Mitchell destaca que en eso momentos en que las piernas ya no dan más y el cansancio de tres días arduos de competencia, se hacer sentir, “nunca falta el 'tiremos juntos', como decimos en la jerga del atletismo, esto es, ¡nos apoyemos el uno en el otro, juntos vamos a poder lograrlo”, concluye al recordar su paso por el fabuloso Raid de los Andes.
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