Escopolamina es el nombre científico de la burundanga, la droga con la que varias adolescentes salteñas denunciaron hace pocos días haber sido atacadas en el microcentro salteño.
De origen afrocubano y usos alucinógenos, la burundanga proviene de plantas de la especie datura, que contienen diferentes concentraciones de escopolamina y de hiosciamina en raíces, hojas y semillas.
Según explica Carlos Damin, especialista en toxicología de la Universidad de Buenos Aires, la escoplamina "se absorbe muy bien en el tracto gastrointestinal y es por vía oral como más frecuentemente se administra a las víctimas de ilícitos en dulces, chocolates o bebidas como gaseosa, café y licores. Debido a su mecanismo de acción, su permanencia en estómago puede ser prolongada", dice el médico en un informe publicado por Intramed.net.
Damin también explica que se puede incorporar por vía inhalatoria a través de cigarrillos o por la piel con la aplicación de linimentos o con de parches, en tiempos prolongados y determinadas condiciones de temperatura y humedad, y agrega que "el simple contacto sea con alguna presentación en forma líquida o en polvo, no produce manifestación alguna por falta de absorción".
Uso medicinal
La escopolamina se usa para la prevención de la enfermedad cinética, para reducir la salivación y el exceso de secreciones bronquiales antes de una cirugía, para reducir los estados espásticos en el parkinsonismo, y para producir la refracción ciclopléjica y dilatación de las pupilas en el tratamiento de la iridociclitis pre y postoperatoria, así como en iritis y uveítis. Damin agrega que también es utilizada por su efecto antiespasmódico.
Efectos tóxicos
Una intoxicación con burundanga produce sequedad de piel y mucosas, sed, dificultad para deglutir y hablar, pupilas dilatadas con reacción lenta a la luz y visión borrosa para objetos cercanos. La piel se enjojece por vasodilatación cutánea y disminución de la sudoración e hipertermia marcada. La frecuencia cardíaca aumenta, hay retención urinaria por espasmo del esfínter.
En dosis muy altas produce arritmias cardíacas, taquicardia severa, fibrilación, insuficiencia respiratoria, colapso vascular y muerte. En el sistema nervioso central "ocasiona un estado de pasividad completa de la persona con actitud de automatismo, recibe y ejecuta órdenes sin oposición, desapareciendo los actos inteligentes de la voluntad lo que se denomina 'sumisión química' y presenta amnesia anterógrada", dice Damin.
En algunas personas puede causar desorientación, excitación psicomotriz, alucinaciones, delirio y agresividad. En dosis muy altas produce convulsiones, depresión severa y coma.
Tratamiento
Debe conservarse la vía aérea permeable y una adecuada oxigenación, hidratación, control de hipertermia con medios físicos (bolsas de hielo, compresas frías) y sonda vesical. Deben evitarse los estímulos externos como el lumínico y acudir con urgencia al médico.