A medida que pasan los días, las contradicciones se profundizan entre los protagonistas del escandaloso incidente que se produjo en la madrugada del sábado en la Recta de Cánepa, cuando la funcionaria judicial Mariana Cervera y el jefe de la Policía Federal en Salta, Renato Constantini, intentaron evitar un control de alcoholemia, volcaron y embistieron a tres efectivos que cumplían funciones de rutina.
Tras varios días de hermetismo, aún quedan dudas sobre quién conducía el vehículo. El abogado de la funcionara de la justicia federal, René Gómez, señaló que ella viajaba en el asiento del acompañante y consideró que no le cabe ninguna responsabilidad penal por el incidente. Además, argumentó que su defendida tenía una férula en el brazo a raíz de una lesión anterior que le impedía conducir.
En contraposición, desde la Policía de la Provincia confirmaron a LA GACETA que –para rescatarlo- los bomberos debieron extraer el cuerpo de Constantini desde el asiento del acompañante, donde se encontraba tendido. Incluso, señalan los primeros reportes que deberá comprobar el CIF, en el parabrisas del auto –frente al asiento del acompañante- habría quedado evidencia del violento impacto de la cabeza del policía federal.
Mientras la fiscalía continúa las investigaciones para caratular la causa, de confirmarse estos datos, se podría constatar que habría sido Cervera y no Constantini quien conducía el vehículo que intentó evitar un control de alcoholemia y arrolló a tres policías de la provincia.
De acuerdo con los testimonios de los efectivos que resultaron heridos, tanto Constantini como su pareja Cervera mostraban signos de haber consumido alcohol, aunque ambos se negaron rotundamente al dosaje.
Según una alta fuente del Ministerio Público, el fiscal que intervino en la causa, Gabriel Portal, mantuvo un fuerte cruce con el juez de Garantías N°4, Héctor Martínez, ya que le habría denegado el pedido para que se practique un dosaje compulsivo a los protagonistas.