Lo importante es la capacidad de balancear entre los recursos que tenemos y las habilidades que podemos realizar con éxito.
La vida pasa y sentimos que el tiempo vuela en contra nuestra. El mundo actual y las exigencias diarias nos empujan a buscar maneras de gestionar mejor nuestro tiempo o quedar atrapados en el eterno “mañana lo termino”. Es por eso que un buen manejo del tiempo es una de esas cualidades que hoy todos deseamos poseer pero que, a veces, parecen tan complicadas de obtener.
Lo primero que debes tener claro es que no se trata de “hacer más en menos tiempo”, sino de tener la capacidad de balancear entre los recursos que tenemos y las habilidades que podemos realizar con éxito.
¿Y cómo dar con ese ansiado balance? Puedes empezar poniendo en práctica estos consejos que te ayudarán a administrar mejor tu tiempo:
1. Definí tus áreas de acción
Determiná cuáles son las actividades más importantes de tu día y la energía o tiempo que cada una de estas tareas consume. Puede ser que descubrar que le estás dedicando demasiado tiempo a una tarea que no lo requiere, o que no están poniéndole tanta energía a un actividad primordial.
2. Determiná prioridades
Elaborá una lista de las actividades pendientes y ordénalas en base a su prioridad, tomando en cuenta si es que tenés plazos máximos para cumplirlas. Recordá que no basta conocer los pendientes, sino saber cómo dividirlos en acciones más pequeñas, identificables y manejables. En lugar de tener una gran meta como único objetivo, conviene dividirla en varias tareas.
3. Asigná tiempos
Establecido el nivel de prioridad de cada actividad, es momento de determinar un espacio o tiempo específico para cada una. Recordá que aquí deberás poner a prueba tanto tu disciplina como tu capacidad de flexibilidad: deberás ser lo suficientemente disciplinado como para llevar a cabo lo propuesto, a la vez que te mantenés flexible ante imprevistos que te obliguen a reasignar tiempos o espacios.
4. Proyectá semanalmente, pero actuá y medí diariamente
Todos los puntos anteriores están enfocados a la creación de un planeamiento semanal, pero al final de cada día deberás deternerte a evaluar lo conseguido durante la jornada y revisar lo que necesita ser nuevamente agendado. Recordá que en tu calendario semanal debés separar siempre un tiempo para la familia, los amigos y el crecimiento personal.
5. Respetá todas las actividades
El hecho de que una actividad no esté marcada como prioridad no significa que podás dejarla de lado, pues a la larga sólo terminarás saturándote con más asuntos por resolver. Mantenete atento a respetar los espacios que vos mismo has asignado para cada actividad y evitá generar un desequilibrio a mediano o largo plazo por culpa de menospreciar ciertas actividades.