“El Chevi del papá estaba recontra agujereado a balazos”, dice Víctor Cobos, recordando cómo fue ser delegado gremial y pelear por las conquistas laborales, durante la última dictadura militar. Trabajaba como chofer en La Veloz del Norte y, junto a varios compañeros, fue torturado por luchar por mejores condiciones laborales.
Cobos, relata a LA GACETA, que nunca tuvo dudas – ni entonces, ni ahora- de que esas detenciones arbitrarias fueron promovidas por el dueño de la empresa, Marcos Levín. La Justicia lo escuchó hace un año y la elevación a juicio fue decidida por el juez federal de Salta Julio Leonardo Bavio; sin embargo el inicio del mismo se sigue haciendo esperar y esto es lo que molesta a Cobos.
Según Cobos la violencia, tan cotidiana por esos años, aún no cesa: “Hace un año recibí nuevas amenazas de muerte. Supongo que por la causa. En la amenaza decía que iba a tener la muerte del sapo, que lo que me dieron era poco en comparación con lo que me iban a dar”, relata en la redacción de LA GACETA. Habla seguro, sin titubear, sin miedo.
La confirmación del juicio para el 24 de agosto hará que, por primera vez en la Argentina, un empresario se siente en el banquillo de los acusados por delitos de lesa humanidad. Todas las demás causas a empresarios, como los de la empresa Ford o el ingenio Ledesma, prescribieron. Pero esta continúa y los hermanos Cobos piden que se inicie cuanto antes: "para nosotros es importante llevarlo a juicio a Marcos Levín por instigador de torturas", indicó la mujer.
“En la Veloz del Norte había un empleado llamado Víctor Hugo Bocos, un subcomisario de la comisaría cuarta, que hacía de guardaespaldas de Levín y además apretaba a los empleados, hacía el trabajo de inteligencia, marcaba a los trabajadores ´molestos´”, cuenta Cristina. Y añade: “Víctor era de los molestos porque él era el que lideraba las protestas”.
A él lo detuvieron, junto a otros trabajadores. Volvía en el colectivo y cuando dejó el volante y fue secuestrado por el mismo Bocos y llevado a la comisaría cuarta. Ahí lo tuvieron más de una semana, torturándolo, interrogándolo. “Los que estuvimos ahí, en la apretada, en la tortura, éramos todos los que estábamos en la parte gremial, en la política del gremio. Fuimos los más torturados, los más golpeados, con todas las preguntas de rigor que nos hacían los integrantes de los grupos de tarea que eran comandados por Bocos, que era el jefe que se encargaba de apretar a todos los que eran indicados por la patronal como por el Estado mismo”, señala el ex chofer.
Después estuvo tres meses preso. "De noche, a veces, me hacían salir hasta la puerta diciendo que estaba en libertad, que ya me iba a ir, y me hacían parar tres horas cerca del portón, esperando la orden. Era el momento en que cargaban a personas en camiones”, recuerda.
Cuando fue liberado, se fue y no volvió a Salta por 20 años. Pisó recién de nuevo piso salteño en 1984 para hacer la denuncia por la que ahora Levín será juzgado. Primero fue a la legislatura, luego al juzgado, donde un abogado le recomendó: “no toquen ni un papel, traten de portarse como niñas hasta que esto pase porque está muy fulero.”
Los torturados en esa ocasión han tenido secuelas terribles. El mismo Víctor tiene taquicardia, dolores en el cuerpo.
Cristina también critica la falta de respaldo del Estado en estas causas de lesa humanidad, al menos en Salta. “El Estado no impulsa los juicios en Salta. Nosotros deberíamos tener el mismo tratamiento que en los juicios de la Capital Federal, pero no pasa. Hay un dicho: Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires y es verdad. En Buenos Aires el Estado paga los abogados, no es la misma situación. Nosotros no hemos recibido esa ayuda. El abogado David Leiva trabaja absolutamente gratis… ni el Estado provincial ni el nacional han contribuido o respaldado. Todo es a pulmón… de la provincia no hemos recibido la ayuda que necesitábamos".
En la causa que involucra al empresario también serán juzgados los policías Víctor Hugo Bocos, Enrique Víctor Cardozo, y Víctor Hugo Almirón.