Una jueza, un fiscal y un abogado que trabajan en EEUU aseguraron que los salteños están preparados para juzgar a sus pares.
Cuando parecía que el proyecto de instalar el sistema de juicio por jurado en Salta había quedado paralizado, tres ciudadanos norteamericanos llegaron a Salta para explicar y defender el sistema y asegurar que los salteños, al igual que cualquier pueblo, están en condiciones de juzgar a sus conciudadanos.
La jueza Marina García Marmolejo se desempeña en la ciudad de Laredo en estado de Texas en el sur de Estados Unidos y, en diálogo con LA GACETA, resaltó las ventajas del sistema: “la mayor virtud es la protección que brinda al ciudadano acusado de que sus pares tomen la decisión, funciona en nuestro país y puede hacerlo aquí”, afirmó.
La magistrada aclaró que no es idéntico a lo que puede verse en las películas de Hollywood pero son procesos interesantes en los que el pueblo asume un rol fundamental en la administración de la Justicia.
El pueblo juzgando a sus pares
No cabe duda que la característica fundamental del sistema es que la absolución o la condena del acusado la define un jurado compuesto por 12 ciudadanos comunes y no un juez letrado como estamos acostumbrados.
Para el abogado Martín Sabelli, quien ejerce como defensor en California “con 12 personas tenés la seguridad de que alguno está escuchando aunque sean juicios sean largos, después discuten entre ellos y todo quedó registrado”. “El jurado es muy democrático, obliga a la Justicia a ser algo real y comprensible para el pueblo, hace que los casos no se limiten a lo abstracto del derecho sino que se hagan tangibles para la gente”, agregó.
Las 12 personas que integran el jurado quedan definidas después de un arduo proceso de selección, sobre la base de una lista de ciudadanos sorteados. La jueza García Marmolejo lo definió como un proceso de eliminación porque tanto abogados como fiscales presentan las recusaciones que consideren.
El fiscal de la División Criminal de San Francisco, David Callaway, explicó que lo que buscan ellos son personas regulares, “que trabajan y viven como cualquier otro y que puedan trabajar juntos”, ya que el éxito de su trabajo requiere la unanimidad del jurado para condenar, mientras que la defensa solo necesita convencer a uno para lograr la absolución.
Para aclarar cómo funciona esta etapa fundamental del proceso, el abogado Sabelli destacó la importancia de que las personas que integren el jurado no se maneje con prejuicios y que valore la prueba únicamente. “En los casos que estás muy mediatizados, o se trata de una minoría discriminada, o es sobre un caso que ya casi todo el mundo conoce o sabe algo, de repercusión social alta como drogas o pornografía infantil, quizá se necesita más tiempo para depurar la gente”, reveló y explicó que “se puede recusar ilimitadamente cuando hay causa y un número limitado sin causa, cuando se considera que una persona no puede ser justa”.
El rol de las partes y la fuerza de la decisión del jurado
“El trabajo del juez es poner el ejemplo frente a las partes, las instrucciones al jurado, debe ser imparcial y no debe mandar señal de que está a favor de alguna parte, toma las decisiones sobre cuestiones jurídicas y el jurado decide sobre los hechos”, describió García Marmolejo. “Los jueces tienen un mejor rol porque ejecutan un papel técnico deciden sobre la ley, lo no técnico lo hace el jurado, no se involucra en la valoración y hacen el trabajo para el que están capacitados”, aportó Sabelli para explicar que el jurado determina la culpabilidad y el magistrado, luego, la pena.
Tanto el fiscal como los abogados deben convencer tanto al jurado como al juez y el fiscal Callaway lo cuenta: “debemos convencer a ambos, al juez acerca de la ley y al jurado de los hechos, todo el tiempo pienso en ambos”. El abogado Sabelli coincidió al decir que “es una tarea interesante porque te obliga a pensar como abogado y como una persona común y corriente” pero descartó que se trate de manipular a las personas: “el jurado no se puede manipular porque son 12 personas, puede que algunas personas del jurado no sea de las más preparadas, pero un jurado de 12 personas es siempre inteligente, no se lo puede engañar”.
En este sistema el juez debe respetar la decisión del jurado, si determinan la absolución el juicio termina en ese momento, aunque el juez tiene poder en caso de que se condene a una persona y el juez considere que es inocente o que no había suficientes pruebas. Para ello se requiere que el abogado defensor haga una presentación en ese sentido y puede dejar de lado el veredicto del jurado. “Para que eso pase se requiere que el juez considere que ningún juzgado razonable podría haber condenado, por eso es muy raro que eso pase”, indicó Sabelli.
¿Estamos preparados?
La incorporación de este sistema al esquema judicial argentino, si bien se trata de un mandato constitucional, es una novedad que solo se ha producido en Neuquén y Buenos Aires y ha despertado las dudas de algunos escépticos.
Sabelli, que es un argentino que lleva mucho tiempo viviendo en Estados Unidos consideró que el argentino está muy preparado para ser miembro de un jurado, ya que “la ley no es física cuántica, la aplicación de la ley a los hechos está dentro de la capacidad del pueblo, analizar si pasó o no pasó algo, si una persona miente o no, lo puede hacer cualquier persona al igual que un juez”. “No requiere nada más allá del sentido común”, garantizó.
El proyecto que prevé implementarlo en Salta apunta, en una primera etapa, a aplicarlo a los delitos más graves, con penas más severas. El fiscal Callaway sostuvo que, para él, debería empezarse con todos los casos, no solo los graves, “porque parte de la importancia de integrar este sistema es la capacidad de involucrarse la ciudadanía en la Justicia en todo aspecto”.
Los tres coincidieron que el jurado está compuesto por son personas inteligentes, que entienden las tácticas y al final del juicio deben seguir las normas tal como el juez se las da y que el sistema hace que el pueblo vea cómo actúa la justicia y decida sobre el tema. “Valoran e interpretan lo que dice desde un testigo hasta un fiscal”, dijeron.