Universidad

La UNSa cuestiona el estudio de Alieto Guadagni

Decanos de tres facultades dan su opinión sobre el análisis que realizó la Universidad de Belgrano sobre la universidad pública, y que ubica a la UNSa entre las de menor rendimiento en el país.
10 Sep 2014
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La repercusión mediática del estudio sobre la universidad pública, dirigido por Alieto Guadagni desde el Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano, continúa generando polémica en la UNSa, que el lunes se pronunció a propósito del trabajo y hoy volvió a manifestarse a través de algunos de sus decanos. La lectura común apunta a las intenciones del trabajo y cuestiona los criterios que se tuvieron en cuenta a la hora de calificar a la institución, entre los que no se tuvo en cuenta, por ejemplo, el sistema de ingreso de los alumnos.

Según el estatuto de la UNSa, la inscripción en las carreras se realiza de manera irrestricta, y ni siquiera hace falta tener título universitario para acceder a la formación. "Cuando uno publica algo con respaldo científico, como pretendemos en esta universidad, lo hace con datos de representación estadística, y este estudio compara manzanas con bananas", señala Adriana Ortín, decana de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNSa. "No se puede comparar una universidad con ingreso irrestricto con otra que no lo tiene. Estadísticamente este estudio carece de validez, además de tener la intencionalidad de un análisis que viene de las universidades privadas sobre las públicas", dice y agrega que las variables que determinan la continuidad de un alumno no tienen demasiado que ver con la calidad académica. "Que el estudiante rinda no es una decisión de la universidad sino del estudiante, y esta decisión está afectada por una serie de variables, como las económicas, el desarraigo de los que vienen del interior, cuestiones que suceden muy seguido en esta universidad. La calidad de la enseñanza tiene que tener otra medida", apunta.

Su par de la Facultad de Ciencias Exactas, Carlos Puga, coincide en la perspectiva y agrega una lectura que suma al debate. "El estudio evalúa el costo de un egresado en dólares, como si lo único que hiciera la universidad es producir graduados, cuando también hace investigación, extensión, trabaja para el medio, hace convenios con otras entidades. No se puede poner todo el peso en el costo del graduado sin ver lo que hace por la comunidad a la que pertenece", explica y agrega: "esto no lo dice Guadani, porque lo que le interesa es desprestigiar a la universidad pública para favorecer a la privada. Viene un cambio de gobierno en 2015, hay muchas propuestas vinculadas a la educación, se critica lo que este gobierno destina a la educación y si alguno de los referentes de la oposición llega a ser elegido tendremos recortes severos en la educación y a eso apuntan todas estas operaciones", advierte.

Edgardo Ling Sham, desde el decanato de la Facultad de Ingeniería, sostiene por su parte que el rendimiento de una universidad no se puede calificar a partir de la cantidad de materias aprobadas por año, como sugiere el trabajo de Guadagni. "Se hace un análisis economicista de la educación, cuando podríamos verlo también desde el punto de vista del valor de un profesional durante toda su vida útil, o del valor agregado que tiene alguien que pasa por la universidad, aunque no termine la carrera, y se inserta en el mercado laboral con ese aprendizaje". 

Desde la secretaría académica de esa facultad, Marta Pocoví completa el análisis con una mirada amplia sobre la función de la universidad en la construcción del tejido social. "Se está perdiendo de vista que esta universidad está pensada para tratar de incluir a cualquier persona. Un informe como este no tiene en cuenta la ganancia oculta del chico que empieza, en algún momento deja y después sigue. Aunque no se reciba, que no es lo ideal, como tampoco que se demore un montón en egresar, hay que ver si este estudiante gana como persona. Si hace un año y sale al mundo laboral ¿ganó algo? yo creo que sí", dice.

Puga agrega a la polémica una observación sobre la amplificación que tuvo el estudio de Guadagni -quien fuera secretario de energía de Reynaldo Bignone y secretario de industria, comercio y minería durante el menemismo- en detrimento de otras noticias que genera la UNSa, como la reciente apertura de tres nuevas carreras en la sede de Cafayate, y señala que el trabajo tampoco considera en su análisis cuestiones extracurriculares que afectan el acceso y el rendimiento de quienes asisten a la universitad pública, como el sistema de becas de estudio, comedor y apuntes (que este año invertirá 12 millones de pesos en la sede local), el boleto gratuito estudiantil o los programas para estudiantes de pueblos originarios, quizá la población más afectada por la deserción vinculada al desarraigo.

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