Es la tercera vez que Belqui Fernández viaja desde Chaco a Salta para agradecer a la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús por lo que considera un milagro en su vida.
En 2007 le diagnosticaron un cáncer de ovario terminal. Estaba deteriorada, débil y cansada. La enfermedad le había tomado el hígado, los riñones y el estómago. Los médicos le diagnosticaron pocos meses de vida cuando, siguiendo el consejo del profesor de educación física de su hijo, llegó a la Virgen del Cerro.
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“Los médicos no le daban buenas expectativas de vida porque mi esposa estaba grave. Lo único que les dije a ellos es que yo entendía su diagnóstico científico pero que sabía que la última palabra era de Dios”, contó Héctor Flores, esposo de Belqui y agregó: “hace nueve años que mi esposa está bien, cada día mejor. Es un milagro de la Virgen que oró en nosotros”, finalizó.