Es un “paraíso terrenal” para algunos visitantes. Es el lugar que la Virgen eligió para que se construyera su santuario, según la mujer que puede hablar y ver a “la madre de Dios”. Se trata de un destino que, todos los fines de semana, atrae a miles de fieles que llegan a viajar hasta más de 24 horas en busca del milagro.
Es un fenómeno de religiosidad que comenzó en el 2001, cuando se levantó la ermita de la Virgen de nombre largo: “la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús”. Más conocida como la Virgen del cerro.
La experiencia de “sanación” que brinda este lugar, según quienes testimonian un milagro, es el motivo por el que cada vez más fieles llegan a Salta. Aquí, una salteña los recibe e intercede entre ellos y la Virgen. Según ella, más de 600 testimonios dan fe de “las curaciones”.
Pero una parte de la Iglesia Católica no la acepta completamente. No critica la creencia de los peregrinos, pero el rol protagónico de esta mujer en este fenómeno crispa a un sector de la curia de Salta.Lo cierto es que el cerro de la Virgen capta la atención de creyentes y curiosos, generando un movimiento turístico que no decrece, sino todo lo contrario: hoteles, restaurantes, colectivos repletos y vendedores de productos dan crédito de esta concurrente masividad.
¿De qué se trata esa experiencia? ¿Quién es aquella mujer? ¿Por qué cierta parte de la Iglesia no la acepta? ¿Cuántos peregrinos mueve esta vivencia? Estas y otras cuestiones fueron respondidas por LA GACETA SALTA, en un informe que incluye las diferentes miradas sobre este fenómeno de religiosidad popular.
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