“No podemos quitarnos el dolor”, dijo Monseñor Mario Antonio Cargnello sobre la investigación que se inició en octubre al padre Agustín Rosas, con el aval del Vaticano, por presuntos manejos inadecuados en la iglesia Nuestra Señora de la Paz. 

Con un manto de hermetismo, y escueto en sus declaraciones, el Arzobispo de Salta indicó a LA GACETA que “es una investigación que debe realizarse con calma y seguramente llevará muchos meses más”. 

Y reconoció que las acusaciones vertidas por una congregación desde Buenos Aires hicieron mella puertas adentro de la Iglesia.

“Ha sido fuerte, pero debemos reconocer que el curso de los acontecimientos avanzan con respeto”, dijo y pidió serenidad mientras avanza la investigación en manos de Monseñor Luis Stöckler, Obispo de Quilmes. 

Monseñor Stöckler fue designado por la Santa Sede para encabezar la investigación al padre Rosas. El martes 6 de octubre arribó a Salta y fue recibido por un grupo de allegados al sacerdote que, entre cánticos y pancartas, defendieron la inocencia del sacerdote que desde entonces fue apartado de la iglesia de la calle Santa Fe al 1200.

“El comisario apostólico viene a supervisar los institutos religiosos de discípulos y discípulas de San Juan Bautista, no las parroquias, para revisar el cumplimiento del carisma ya que ha habido algunas observaciones o acusaciones”, había expresado a LA GACETA Cargnello, por esos días. 

Así lo había expresado el exembajador argentino ante la Santa Sede, Carlos Custer, en diálogo con LA GACETA. 

“No significa prejuzgar pero cuando se manda es porque se trata de una figura delictiva, porque sino ellos tienen otras maneras de informarse menos oficiales y significativas”, había sostenido meses atrás.

Por último cabe recordar que desde la Justicia salteña no se investiga al padre Agustín Rosas por las acusaciones vertidas.