Un mes y medio antes que allanen su juzgado por sospechar que beneficiaba a detenidos por narcotráfico a cambio de dinero, el juez (hoy suspendido) de Orán, Raúl Reynoso, habló por radio con el periodista Jorge Lanata acerca de la inserción de la narcocriminalidad en el norte. Refiriéndose a casos de sicariato, comparó el que hubo en Acambuco con el triple crimen de General Rodríguez, por el que fueron condenados Christian y Martín Lanatta y Víctor Schilaci, quienes se fugaron hace nueve días y cuya búsqueda mantiene en vilo hoy al país.

La entrevista data de mediados de octubre de 2015, por aquél entonces no se conocía la investigación que hoy tiene a Reynoso y otras siete personas (entre abogados y empleados del juzgado) procesados por asociación ilícita. Lanata lo llamó porque había trascendido que en el Coloquio de Ideas, el juez había hablado de la cantidad de extranjeros imputados por narcotráfico que había en el norte argentino.

Mientras contaba cómo es la situación que se vive en el ámbito de competencia del Juzgado Federal de Orán, Reynoso mencionó que en los últimos cuatro años se habían producido nueve homicidios tipo sicariato. En ese contexto, comparó el homicidio de tres personas en la localidad de Acambuco (65 kilómetros al norte de Tartagal) con el triple crimen de General Rodríguez, cuyos responsables condenados a prisión perpetua están fugados y habían vinculado a la causa a tráfico de efedrina y al ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

El triple crimen de Acambuco sucedió el 10 de octubre de 2012, en el arroyo Pozo Hondo que cruza el camino del paraje Campo Largo, distante a 80 kilómetros de la Ruta Nacional 34, y a 1,5 kilómetros del límite con Bolivia, en el departamento de General José de San Martín. Allí se encontró varado un automóvil Fiat Uno Fire, color gris, sin chapa patente, con tres cuerpos en su interior. Se trataba de López, Callejas y Plata Ortega, quienes yacían adentro acribillados a balazos. Se supo que las tres muertes fueron producto de un ajuste de cuentas en el contexto de una organización ligada al narcotráfico.

Por aquél entonces Reynoso era un juez destacado por su trabajo en los 700 kilómetros de una  frontera invadida por el narcotráfico, ya que aún no se lo había vinculado seria y judicialmente a una asociación ilícita cómplice del tráfico de drogas.

En la nota con Jorge Lanata, Reynoso dio detalles de lo que sucede hoy en el norte salteño: “tenemos muchos extranjeros detenidos y con antecedentes penales por droga; hay más de 3000 colombianos en el norte pero también hay de toda América y Europa occidental y ahora han aparecido turcos, rusos, afganos, serbios, lituanos, croatas, búlgaros”, contó graficando que muchos de los detenidos que tenía en ese momento eran extranjeros.

“Usan nuestro país como trampolín para llevar droga a Portugal, Francia e Italia y a Estados Unidos”, reveló Reynoso, quien contó que no solo se trata de cocaína blanca, sino también teñida de negro, en estado líquido, de plantas de marihuana de más de dos metros y hasta de droga que no se produce en la región como la heroína.

Según el relato de Reynoso, antes la droga ingresaba al país solo por vía terrestre (en camiones o caravanas de autos), luego se comenzó a utilizar el río Bermejo y que, en la actualidad, lo más preocupante es el espacio aéreo por la lluvia de droga que lanzan desde los aviones. Además reconoció que los radares que funcionan no son constantes y que los narcos saben a qué hora no están en funcionamiento.

Respecto de las consecuencias de la penetración de la narco criminalidad en Orán, el juez indicó que hay más violencia, robos y hasta homicidios por encargo. “Lo que hay aquí son más clanes familiares que cárteles, empresarios que usan como fachada actividades lícitas”, detalló y habló de las amenazas que recibió por parte de uno de ellos, haciendo referencia a los sucedido con Iván Cabeza.