Rock and roll, rock barrial o rock sudaka. De cualquiera de estas tres formas se define a Los Gardelitos, la banda del Bajo Flores formada en el 96 por "Korneta" Suárez que en casi 20 años logró salir de los suburbios, sobrellevar el dolor de la muerte de su creador y reinventarse musicalmente sin perder la esencia under, social e independiente que la identifica.
El trío, que desde el 2004 lidera Eli Suárez, editó su quinto álbum, “Ciudad oculta”, que incluye nuevos sonidos y nuestros instrumentos como la flauta traversa y el arpa paraguaya. Pero, sin dudas, el mayor desafío fue componer la mitad de sus canciones en base a otras seis inéditas que había dejado el fallecido “Korneta" manteniendo una sola identidad, un mismo concepto. Los temas sonarán mañana en Barcelona (Balcarce 840).
Desde su casa en el Bajo Flores (Buenos Aires), Eli Suárez habló con LA GACETA sobre la esencia de Gardelitos plasmada en “Ciudad oculta” y sobre su faceta como compositor. También opinó sobre las consecuencias que la tragedia de Cromañón en la difusión del rock under.
En cada disco fueron incorporando nuevos ritmos –tango, reggae, entre otros- “Ciudad oculta” no es la excepción. Se escuchan sonidos de flauta traversa y arpa paraguaya, por ejemplo. ¿Cómo fue llevar adelante el desafío que se propusieron para este disco?
“Estuvimos muy pendientes de lo que nos podían llegar a sugerir las canciones, con una actitud libre y desprejuiciada, e incluyendo otros instrumentos. Esa experimentación fue fabulosa a nivel sonido y a nivel musical. Sentimos que la gente nos da esa libertad de probar cosas nuevas y de abrirnos a subgéneros. En este disco pudimos usar esa libertad para reafirmar nuestra identidad, que es la búsqueda constante”.
¿Una búsqueda que los muestra mucho más sólidos musical y líricamente?
"Si, en este disco particularmente me propuse generar composiciones nuevas. En el disco anterior –“Oxigeno”- incorporé un tema de mi autoría “Mezclas raras” y tuvo buena repercusión. Fue mi debut oficial como compositor y ahora en “Ciudad oculta” me animé a más. La mitad de los temas son de mi papá y la otra mitad son míos. Eso es una novedad".
El tema “Los que vendrá” resume justamente la premisa que sostiene la banda tras la muerte de su líder: “transmutar y convertir el dolor en poesía”…
"En el momento que uno se pregunta de dónde va a sacar la letra de las canciones surge la respuesta que transmutar el dolor en algo constructivo y, sin ser pretensioso, que exista poesía y música en nuestra propuesta. En el disco está muy presente la idea de darle un vuelo creativo a lo que hacemos, de convertir las experiencias en canciones".
¿El nombre “Ciudad oculta” es un homenaje al lugar donde debutó la banda en el 96?
"Si, tiene que ver con eso y a la vez nos parecía que el nombre tenía imagen potente a nivel poético. La palabra “ciudad” tiene que ver con la propuesta ciudadana que siempre tuvo la banda y lo de oculta resume la postura rockera que tenemos de contar cosas que no se ven a simple vista o decir cosas que otros no llegan a decir. Además, a partir de ese título descubrimos que la palabra ciudad aparecía en las letras de muchas canciones. Hay ciertos guiños estéticos que se repiten a lo largo del disco como una manera de unificarlo. Está pensando para que haya un diálogo entre una canción y otra".
Desde sus comienzos, Los Gardelitos pasaron por diferentes formaciones, vivió etapas de transición. ¿Cuál es el balance?
"La conclusión es que siempre se mantiene la esencia desde el primer momento hasta el día de hoy y en adelante. Creo que la banda está muy presente en la gente. Y eso es fundamental porque de alguna manera estamos transmitiendo sentimientos, sensaciones, experiencias y formas de ver el mundo. Es en el reflejo con el otro y en la llegada que tienen las canciones donde comienza a tomar sentido lo que hacemos. Lo bueno es que pasó el tiempo y sigue estando el mismo pensar y el mismo sentir con respecto a la banda".
Otra cualidad que los identifica es el trabajo independiente…
"Si, el trabajo independiente es una necesidad para Gardelitos porque va más allá de lo artístico. Creo que se da algo muy particular con la gente porque ve el camino que recorremos y nos acompaña. No tendríamos otra forma de llegar a otras provincias si no fuera por el apoyo concreto del público. No hay una compañía ni un sponsor que te banca la gira, salga bien o mal. Nosotros hacemos todo. Es un trabajo de hormiga pero lo hacemos con convicción y sentimiento".
Tocaron en Cromañon y tienen un vínculo muy cercano a Callejeros. ¿Crees que la tragedia del 30 de diciembre de 2004 abrió una bisagra para la difusión de las bandas de rock under?
Cromañón puntualmente generó una sensación de impunidad. Nosotros pensamos que los principales responsables son los que están en la cúpula del poder político y que lamentablemente tienen relación con el poder empresarial. Creo que siempre termina pagando el pato la banda, que en este caso fue Callejeros, y por ende al rock and roll haciendo cada vez más difícil para las bandas de abajo tener un lugar donde tocar o generar una movida independiente. Después de la tragedia se favoreció al monopolio, más allá de la sensación de impunidad que genera tener a una banda inocente en la cárcel. Más allá del dolor y el respeto que genera en nosotros, también hacemos un análisis general es que a partir del 30 de diciembre de 2004 se cerraron muchas puertas para muchas bandas. Sin embargo el rock sigue siendo la música que más les gusta a los argentinos. En ese sentido dicen que Cromañón fue la muerte del rock barrial y se le da vía libre a algunas modas que tienen propuestas mucho más light y fuera de sentido. A la largo eso va pasando y va quedando lo que la gente siente. El rock dice lo que los demás se callan.