Simplemente pasa. Hay sonidos que hacen otras personas que nos desquician. Hay uno particular que es inevitable: cuando a los oídos llega el sonido del masticar, sorber, tragar.
Esta condición tiene un nombre en concreto: MISOFONIA, una palabra que significa literalmente: “El odio al sonido”. Es un trastorno psiquiátrico que consiste en la falta de tolerancia a los sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras personas, como comer, sorber, toser, masticar, o también por sonidos producidos al utilizar ciertos objetos, los cuales pueden desencadenar ansiedad y conductas.
Según estudios recientes el 80 por ciento de todos los desencadenantes de sonidos molestos están relacionados con la boca, tales como el mascar o masticar y el tragar. Para las personas que padecen misofonia, estos sonidos desencadenantes son como una verdadera tortura para sus oídos.