“Tiene fantasías que son del orden de lo innombrable, las entiende y las disfruta pero las anula y controla porque sabe que son malas”, fue una de las frases que retumbó en la Sala de Grandes Juicios de Ciudad Judicial. El testimonio de la psicóloga Sonia Juri, quien analizó al abogado acusado de abuso sexual (dos casos) y distribución de pornografía infantil, Francisco Javier Terrón Villagrán, fue lapidario para el acusado.

Juri definió al acusado como una persona neurótica, es decir con trastornos nerviosos y alteraciones emocionales pero conoce todo aquello que está bien y lo que está mal, lo que está aceptado y lo que está prohibido, y lo que es socialmente reprochable de lo que no.

Justamente esa capacidad intelectual que se complementa con otros aspectos que Juri incluyó en su informe en donde asegura que Terrón Villagrán entiende y sabe lo que hace. Por ello sabe que sus fantasías sexuales con menores son prohibidas, por lo que las controla aun que, en algunos casos, “puede perder el control por la angustia”.

Si bien no aseguró que el acusado tenga fantasías pedófilas, Juri si aseveró que es probable que las tenga. “Las fantasías sexuales hablan de una sexualidad inmadura”, explicó.

Otro rasgo de la personalidad de Terrón Villagran que la psicóloga resaltó fue el de trasladar siempre la responsabilidad de sus actos a otras personas.

Esto se comprueba, al decir de Juri, cuando el abogado declaró que la menor solo buscaba llamar la atención de los padres cuando les dijo que él la había tocado; al igual que cuando dice que la abogada que lo denunció quería correrlo a él del estudio donde trabajaban juntos; y también cuando dijo que otra gente usó la computadora suya en la que encontraron material pornográfico.