A pocas horas de la sorpresa mundial por el triunfo del No a la paz en Colombia, el análisis y de las causas y consecuencias del resultado se imponen en la agenda. Para explicarlas, LA GACETA conversó con Francisco Diez, mediador y representante para América Latina del Instituto Kroc de Estudios de Paz de la Universidad de Notre Dame, EE.UU, que fuera designado para aportar el componente técnico a la Comisión de Implementación, Seguimiento y Verificación del Acuerdo Final de Paz.
El abogado y mediador radicado en Salta, que participó durante dos años y medio en el proceso que desembocó en la firma de la paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc, dice que toda la comunidad internacional estaba convencida de que ganaba el sí, mientras intenta digerir la mala noticia y reflexiona sobre las razones de poner a prueba la paz mediante una votación. “Cuando se discutió en el congreso la ley que incorporaba los acuerdos a la legislación colombiana, el texto ya tenía fuerza de ley, pero el gobierno maniobró para que se incorporara una frase: que la ley tuviera vigencia luego de aprobado el plebiscito, por lo cual, jurídicamente, todo lo contenido en el acuerdo quedó sin efecto”, define.
-¿Por qué poner a prueba de esta manera al acuerdo, habiendo tanto en juego?
-Se hizo por dos razones básicas: la primera y más explícita fue darle a los acuerdos legitimidad hacia el futuro, para que el próximo gobierno no echara por la borda todo el sistema de una justicia especial para la paz, que les aseguraba a los guerrilleros un juzgamiento diferenciado. La segunda fue una razón política, porque Santos lo tuvo siempre a Uribe soplándole la nuca y la bandera de Santos para ganarle a (Álvaro) Uribe políticamente era poder firmar la paz con las Farc.
-¿Por qué ganó el No?
-Una de las razones que explican el triunfo del No es que mucha gente que estaba tibia y hubiera preferido que los acuerdos de paz fueran ratificados, no fue a votar. El clima general era de que el Sí ganaba por un margen importante. El que estaba un poco tibio, sintió que era no necesario ir a votar. En cambio el No fue muy militante, los que querían el No sabían que ganaba el Sí, pero querían que quede registrado el disgusto con el acuerdo. El No es el voto de mucha gente en silencio. El aparato del Estado y las organizaciones pro Farc hicieron una campaña muy ruidosa y presente en las calles. El No hizo una campaña menos aparatosa, porque es culturalmente y socialmente incorrecto votar en contra de la paz. Por debajo de todo eso, estaba primero mucho carisma de Uribe, en segundo lugar la baja aprobación al gobierno de Santos y en tercer lugar mucho resentimiento y dolor.
-¿Qué lectura hace del mapa de las votaciones?
-Los lugares más afectados por la guerrilla entienden el verdadero significado de que se termine. Los que no fueron afectados tienen los preconceptos y los prejuicios, el juzgamiento fácil de que a los criminales no se les puede dar un privilegio político. El odio y resentimiento a las Farc está más asentado donde la guerra no estuvo presente, donde estuvo la guerra hay mucho más dolor.
-¿Cuáles son las consecuencias de este No? ¿Se acabó la posibilidad de pacificar la región?
-Primero que el acuerdo no existe más como instrumento jurídico. Todo el esfuerzo que se hizo se desvaneció. Hay que ver si los representantes del No están dispuestos a sumarse a un esfuerzo de negociación y si las Farc están dispuestas a continuar con la negociación.
-¿Cómo se analiza este resultado?
-Hay una gran enseñanza: en un proceso de paz uno tiene que hacer todos los esfuerzos posibles para incluir a todos y en este proceso se los excluyó a los del no con el objetivo de ganarles.Un proceso de paz no se puede ganar con exclusión. Los procesos electorales son divisivos, obligan a la gente a dividirse, profundiza las polarizaciones. El plebiscito fue un error porque es un impulso divisivo. Habría que haber tomado otro camino, realizar juntas regionales, asambleas populares regionales. Es un camino más difícil, menos claro, pero más eficiente. El cambio cultural no se logra en la votación.
-¿Hay riesgo de un recrudecimiento de las guerrillas?
- Es muy incierto. La guerrilla es un movimiento muy jerárquico, y todas las altas jerarquías se decidieron a parar la guerra. Es muy difícil que vuelvan a la guerra, aunque puede que haya algunas secciones, algunos batallones o frentes de las Farc que estén dispuestos a volver a las acciones armadas. Lo más riesgoso sería que decidan castigar a las ciudades donde ganó el No. Pero vamos a ver, hasta ahora, en las declaraciones que hubo antes del voto, las Farc decían que no iban a volver a las acciones armadas. Pero hay que ver.