Mario Leito, presidente de Atlético de Tucumán, no sabe las veces que repitió la misma frase a sus pares en el club y a los hinchas que lo detienen cuando camina por la calle. “No me voy a cansar de repetir lo mismo: el torneo no se cambia”, asegura el directivo que forma parte del Comité Ejecutivo de AFA, el órgano que cobró gran protagonismo después del fallecimiento de Julio Grondona.
El titular “decano”, que estuvo en el velorio de Don Julio, habló con LG Deportiva sobre los momentos que está viviendo el fútbol argentino.
- Cada vez son más los opositores al torneo de 30 equipos...
- Más allá de que es llamativo que recién se quejen, es una competencia que fue aprobada por el Comité Ejecutivo de AFA y punto. Será muy complicado que lo puedan modificar porque generará una larga demora y el fútbol argentino, por distintas razones, no puede seguir parado.
- Pero hay intenciones...
- ¿Si? Pero los dirigentes que luchamos y aprobamos este cambio también estamos dispuestos a presentar una dura pelea para que no ocurra eso.
- ¿Cree que Luis Segura es el hombre indicado para manejar la AFA en estos meses de transición?
- Es un hombre que no está pasando por un buen momento, pero indudablemente fue la persona que estuvo muy cerca de Grondona. De todas maneras, pienso que la única manera de que todo salga bien es que el hombre surja del consenso. Si eso no ocurre, estos meses serán muy complicados.
- ¿La salida es un “grondonista?
- En estos momentos son pocos los dirigentes de AFA que no son “grondonistas”.
- Entonces no hay dudas de que Segura debe ser el presidente de AFA hasta 2015...
- Primero hay que cumplir lo que dice el estatuto, es decir, se debe elegir a un presidente que deberá llegar hasta octubre de 2015. No me parece una mala idea que sea Segura. Si se quiere dar continuidad al proyecto de Grondona, sin dudas es el hombre al que hay que apoyar. Pero todo es muy prematuro.
- ¿Cuando habrá definifciones?
- El martes le aviso.
- ¿Le preocupa que los sectores políticos hayan decidido involucrarse en la pelea por la presidencia?
- La verdad que no. Puede complicar un poco el panorama, pero en este país cada vez son más los clubes que cuentan con el apoyo de un sector político. Eso es inevitable. Por ejemplo, Mauricio Macri propone que Daniel Angelici, presidente de Boca, sea un candidato. Sin embargo, Juan Carlos Crespi, vice de ese club, postula a Segura.
- ¿Y eso es bueno o malo?
- Siempre es bueno que se debatan las cosas, no importa si es deportivo, político o ideológico. Lo importante es que se discutan las cosas.
- Se viene una pelea interior vs. porteños...
- Me parece que esa es una observación muy exagerada. Siempre hubo diferencias entre los dirigentes de Buenos Aires y el Interior, pero el secreto es encontrar algunas coincidencias. Y la más importante de todas debe ser que la AFA contenga a todos los clubes sin importar cuál sea su origen.
- Este es el momento de tener una entidad más democrática...
- No los entiendo a los que hablan de ese tema. Si me dice que la democratización de la AFA tiene que ver con un mayor participación de los clubes, ya le pongo la firma a cualquier proyecto que tenga esa intención.
- ¿A qué se refiere cuando habla de mayor participación?
- A que se sigan produciendo cambios. Antes, los equipos indirectamente afiliados no participaban de las competencias de inferiores de AFA porque debían hacerse cargo de los traslados de los equipos de los clubes directamente afiliados. Por las quejas que se recibieron sobre cómo se organizó el último torneo Argentino A, debería crearse una mesa con los presidentes de los clubes para que discutan cómo jugar su certamen, y no que sea el Consejo Federal el que decida todo y después lo comunique.
- Pero eso puede marcar la muerte de las ligas...
- Para nada, porque se fortalecería su misión. No es lo mismo jugar un campeonato local fuerte para clasificar a uno regional que lo deposite en el Argentino A, que disputar ese torneo y estar obligados a ganar otros dos torneos para poder llegar al mismo punto. De todas maneras, éste y otros temas se deben debatir largamente.