Por uno u otro motivo 13 salteños son buscados en todo el país. Siete están desaparecidos y los otro seis son prófugos de la Justicia. Sus nombres figuran en listados y registros nacionales como los del Miniterio de Seguridad de la Nación y el Registro Nacional de Reincidencia e incluso a algunos de ellos Interpol lo busca fuera de las fronteras del país.
Cuando las circunstancias que rodean el caso lo amerita, cuando lo indicios hacen presumir que la búsqueda debe ampliarse más allá del lugar de donde una persona se ausenta, es cuando se opta por nacionalizarla.
Mientras que, por ahora solo en la provincia, seguimos buscando a Gala Cancinos y a Paola Álvarez, hay otras personas cuyas ausencias dispararon mecanismos nacionales.
Desaparecidos
Cristian Fernando Luna figura en el sitio web del Ministerio de Seguridad de la Nación, que brinda poca información ya que su propósito es invitar a que alguien proporcione datos. Allí solo dice que hoy tendría 41 Años y que desapareció el 11 de marzo de 2008.
El hombre de 1.70 metros de estatura, tez blanca, cabello largo crespo y tatuajes en ambos brazos era bajista de una banda de rock local llamada War Angels y trabajaba como diseñador de páginas web.
Vivía solo en su casa del barrio Ampliación Intersindical y desde que desapareció, su madre lo busca y llegó a contar que una vez recibió un misterioso llamado anónimo que le dijo que “un poderoso empresario” estaba detrás de la desaparición de su hijo.
Daniel Francisco Solano dejó Salta cuando decidió probar suerte en el sur del país, más precisamente en Río Negro. Su caso se convirtió en una más de las causas judiciales trabadas y perdidas entre expedientes.
Cuando este medio se comunicó con Leandro Aparicio, abogado de la familia del joven tartagalense, este señaló que creía que su desaparición estaba vinculada al narcotráfico, al ingreso de droga por Salta y que cómo esta llega a Rio Negro, “la policía es el principal custodio de esta droga”.
Por este hecho habían sido detenidos siete policías, de los cuales seis fueron liberados en 2015. Pese a que se reunieron con funcionarios nacionales, ni la búsqueda ni la causa lograron avances significantes.
Juan Alberto Palacio desapareció como por arte de magia el 22 de febrero de 2011. Su nombre también aparece el sitio web del Ministerio de Seguridad de la Nación, donde indica que hoy tendría 44 Años.
Era un hachero de Isla de Cañas, municipio selvático del departamento de Iruya. Aquél día se encontraba trabajando junto a dos compañeros, quienes de repente, no lo volvieron a ver. Lo buscaron, lo llamaron, recorrieron sendas y caminos sin éxito.
Las personas que trabajaban con él ese día y sus hermanas contaron que con ayuda de baquianos, otros familiares, amigos y policías lo buscaron durante varios días, sin hallar rastro alguno. Participaron expertos en descubrir y seguir huellas, pero no hay indicios, como si se hubiera ido volando.
Juan René Torres se fue de su casa en Pichanal el 5 de octubre 2013 y desde entonces no se sabe nada de él.
El joven que hoy tiene 30 años de edad también solía vivir en la localidad de El Talar, en la provincia de Jujuy. La policía Federal también lo busca y para ello dio a conocer algunas características fisonómicas.
Se sabe que mide 1.60 metros de estatura, es de tez trigueña, cabello negro corto y posee una de sus piezas dentales (colmillo) fuera de su lugar (levantado).
Roberto Espinoza (33), Héctor Quiroga (39) y Enrique Martínez (51) fueron vistos por última vez el 3 de marzo en la localidad bonaerense de Etecheverry, provincia de Buenos Aires. Su desaparición conjunta llegó hasta los canales de televisión porteños y en la actualidad son buscados en todo el país y en el exterior ya que figuran en el listado de personas desaparecidas de Interpol.
Los dos primeros son productores agrícolas que hace dos años vivían y trabajaban en una quinta alquilada y Martínez habría viajado en febrero a visitarlos junto con otros familiares.
El abogado de la familias, Darío Saldaño, contó a LA GACETA que la causa cuenta con muchos cuerpos y que se realizaron muchas medidas probatorias en La Plata y países limítrofes pero sin resultado.
“Creo que la Fiscalía se equivoca en buscarlos con vida, yo creo que hay que trabajar la hipótesis del homicidio claramente; se lo dije a la familia pero obviamente ellos no pierden la esperanza”, señaló y aclaró que propone aquello con el objetivo de que no se pierdan pruebas.
Los tres eran quinteros que trabajaban unos campos en donde cultivaban verduras y las vendían en el mercado central, pero Saldaño reveló que habían trabajado para una persona sospechada de narcotráfico en La Plata y que ahora es investigado por lavado de dinero; esa trama podría esconderse detrás de la desaparición de los salteños.
La presencia de sus fotos y datos en el sitio web de Interpol no fue de gran utilidad porque no se trata de una desaparición voluntaria, según el abogado, quien contó que en febrero dijeron que habían dado con una persona parecida a uno de ellos en Buenos Aires pero que finalmente no fue positivo.
“Sí hubo resultados en los allanamientos hechos en las casas de los sospechados donde apareció ropa de una de las víctimas”, reveló.
Prófugos buscados por la Justicia
José Miguel Farfán es un nombre conocido en los pasillos de la Justicia Federal de Salta y figura en el sitio web del Ministerio de Seguridad de la Nación y en el Registro Nacional de Reincidencia, entre otros delitos, por narcotráfico.
El hombre de 57 años fue condenado por homicidio, por cohecho activo y por tráfico de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, en grado de partícipe necesario, y asociación ilícita en carácter de miembro, ambos en concurso real. Se lo considera integrante de una organización delictiva dedicada al narcotráfico en la modalidad de vuelos clandestinos.
Su nombre está relacionado a causas emblemática como la que tiene procesado al ex juez Federal de Orán, Raúl Reynoso, por encabezar una asociación ilícita que habría cobrado coima para beneficiar a detenidos por narcotráfico.
Su desaparición se dio en el marco de un hecho más que llamativo y que lo vincula a otra causa paradigmática. La última vez que se lo vio fue cuando se presentó en una de las audiencias del juicio en el que estaba acusado junto al ex juez Federal (después condenado) José Antonio Solá Torino. En aquella causa, la Justicia condenó al ex magistrado por haber cobrado una coima de Farfán para levantarle una orden de captura en su contra. Se escapa de la justicia desde el 10 de noviembre de 2015.
José Ignacio Saravia Day también aparece buscado por dos instituciones, por el Ministerio de Seguridad de la Nación y por Interpol.
El hombre de 71 años está imputado por los delitos de privación ilegal de la libertad y por la aplicación de tormentos.
La Justicia Federal de La Plata había ordenado la captura nacional e internacional de Saravia Day por el secuestro en 1976 de tres conscriptos, uno de ellos, el desaparecido José David Aleksoski. Cuando llegó la orden de detención en julio de 2014, este ya se había dado a la fuga.
De acuerdo a los informes que difundió Télam, el nombre de Saravia Day es conocido en La Plata desde que en 1999 los hermanos del conscripto desaparecido denunciaron su caso en el marco del Juicio por la Verdad.
Los fiscales acusan al represor de haber entregado a los conscriptos a personal de las Fuerzas Armadas que los secuestraron y finalmente confinaron en centros clandestinos de detención.
Oscar Chapur es otro salteño prófugo buscado por Interpol. Se trata de un ex militar de 77 años oriundo de la ciudad de Orán bajo los cargos de privación ilegítima de la libertad de una persona agravada por haber sido cometida con violencia y por un tiempo superior a un mes de Juan José Figueroa Elías, desaparecido en 1977 cuando tenía 26 años.
Marcelo César González es el tercero de los salteños prófugos de la Justicia y buscados por Interpol. El hombre de 48 años es nacido en General Güemes y está imputado por transporte de estupefacientes, en concurso real con el delito de uso de documento público falsificado.
Gustavo Leonardo Roldán es buscado desde diciembre de 2016 por haber chocado y abandonado a Diego Gabriel Rolando Ríos, quien falleció luego, producto de los golpes. Su nombre figura en el Registro Nacional de Reincidentes.
El 6 de noviembre del año pasado, la víctima viajaba en su motocicleta cuando fue impactado por Roldán, que manejaba su camioneta Duster en la avenida Paraguay al 1.400. El acusado huyó y sigue prófugo de la Justicia.
Según la investigación fiscal, luego del accidente Roldán se dirigió a su vivienda y sus familiares lo ayudaron a darse a la fuga. La fiscalía comenzó a realizar distintas diligencia a fin de dar con su paradero y generó que se tramitaran ante el Juzgado de Garantías 7, a cargo de la jueza Edith Rodríguez, diversas medidas para lograr su captura, como por ejemplo intervenciones telefónicas.
Las medidas de la Fiscalía tendientes a encontrarlo no daban resultado hasta que se supo el por qué: la policía descubrió que Roldán es pariente de la esposa del empleado judicial, Juan Omar Cimino, quien casualmente se desempeña en el mismo juzgado en donde se gestionaban las diligencias judiciales para lograr la detención del conductor. Cimino fue imputado por encubrimiento agravado por ayudar a la familia Roldán con la información.
Gustavo Enrique Paz, de 29 años, es buscado desde el 24 de octubre de 2016, su caso es otro de los reflejados por el Registro Nacional de Reincidentes.
Tiene una causa en la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán por amenazas con arma, lesiones leves agravadas por haber existido relación de pareja y violencia de género.