Tal fue la intensidad de la última nevada en la Puna salteña que aún quedan vestigios de este fenómeno en lugares mágicos de la provincia.
Así es que, aun en estos días, el inigualable Cono de Arita se ve cubierto y rodeado de un manto blanco. Es más, aún en el pueblo de Tolar Grande se observan montículos de nieve en las callecitas.
Si bien la nevada fue hace dos semanas, hoy todavía los lugareños disfrutan del paisaje, ya que los cerros siguen mostrándose con esta gélida panorámica. El calor del sol de estos días apenas puede derretir la nieve.
Algunos vecinos del pueblo aseguran que este paisaje no se ve desde hace casi 20 años. Recuerdan que el año pasado nevó, pero no con la intensidad con la que se vivió en este 2017. La auxiliar de turismo de Tolar Grande, Alejandra Rodríguez, cuenta a LA GACETA que en algunos lugares la acumulación de nieve llegó a 1,75 metros.
Tal es así que la ruta 27, que comunica al pueblo con el centro de la provincia, estuvo cerrada al tránsito por la cantidad de hielo y nieve. Hubo turistas que debieron resguardarse en esta localidad hasta que las maquinarias de Vialidad terminaran de descubrir y limpiar el camino.
“El Cono de Arita está a 68 kilómetros del pueblo, hay una hora y 40 minutos en vehículo, pasando el Salar de Arizaro”, explica Rodríguez. Además cuenta que el cerro de la Pachamama (donde se realizan ofrendas todos los 1° de agosto) continúa con nieve y todos los días hay vecinos alertan cañerías congeladas en sus hogares ante las bajas temperaturas del invierno.