La madre de una de las víctimas de la tragedia de Once increpó a Cristina Fernández durante una misa celebrada por la aparición con vida de Santiago Maldonado. Mónica Bottega, que acusa a la ex presidenta por no haber acompañado a las familias de los fallecidos en ninguna de las misas de la Catedral.
La mujer se presentó en la iglesia de la Merced, en Merlo, y logró acceder al lugar donde se encontraba la candidata de Unidad Ciudadana, a quien comenzó a llamar "asesina" y a increpar por los muertos en Once. "Me sorprendió muchísimo y más porque a partir del 12 de febrero del 2012, todas las misas que se hicieron en Catedral de Buenos Aires en honor a las víctimas de la tragedia, nunca nos acompañó y nunca estuvo presente y que estuviera en Merlo rezando por la aparición con vida de Maldonado me resultó extraño y lo sentí una mentira", dijo Bottega en declaraciones a Radio Continental.
"El viernes me sumé al pedido de Justicia, a celebrar la vida. Cuando todo el mundo se sienta y comienza la misa, miro hacia atrás y estaba Cristina Kirchner sentada al lado de Gustavo Menéndez, intendente de Merlo", comenzó Bottega en el programa Debo Decir (América TV). "Por el pasillo central me acerco hacia donde estaba, el intendente le habla al oído y le comenta quién era yo. Cuando caminé ese pasillo hasta llegar a Cristina pensaba las 14 horas que me hicieron buscar a mi hija cuando en el juicio salió que a las 11.30 ya sabían que había 52 fallecidos por la tragedia. Y yo seguí buscando a mis hijas por los hospitales". dijo Bottega en el ciclo "Debo decir", que conduce Luis Novaresio por América TV. "Mientras caminaba también pensé cuando (Alberto) Crescenti (titular de SAME) declara en el juicio y dice que en el vagón había 20 centímetros de sangre y que le era imposible fijarse y rescatar los cuerpos. También pensé el abandono que la señora hizo como Estado en ese momento".En su relato, la mujer agregó que se acercó a Cristina y le dijo que era la madre de Tatiana Pontiroli, y que la ex presidenta le dijo: "Recién me acaba de decir Gustavo". "Intenta agarrarme la mano —siguió el relato—. Doy un paso para atrás y le dije: 'Sos una asesina'. Le digo esto y que nunca había rezado por las 52 victimas de Once. Siento movimiento detrás mio, eran sus custodios o no sé de dónde eran. Le dije: 'Tranquilos, yo me retiro'. Bajó la mirada, sus ojos se llenaron como de lágrimas y movía la cabeza".