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Ordenaron liberar a Eduardo Torino, el presunto testaferro de Castedo

En un fallo dividido, la Cámara Federal de Salta dispuso que el imputado de pertenecer a una banda narco recupere la libertad.
29 Sep 2017
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Luego de dos meses detenido, el presunto testaferro e integrante de la banda narco liderada por Delfín Reynaldo Castedo, Eduardo “Pinto” Torino, fue excarcelado por un fallo dividido de la Cámara Federal de Apelaciones.

Los jueces Renato Rabbi Baldi y Ernesto Solá consideraron que debía ser liberado, mientras que Guillermo Solá consideró que se debía mantener su prisión preventiva. El fallo se rubricó el 27 de septiembre.

Torino fue detenido a fines de julio de este año por disposición del juez federal de Orán, Gustavo Montoya, un día después de que LA GACETA publicara un artículo en el que se hacía hincapié en que la Procunar lo consideraba una pieza clave en la organización dedicada al narcotráfico.

El mismo juez denegó su libertad solicitada por el abogado defensor del imputado, a quien se le endilgan delitos como asociación ilícita en carácter de miembro en concurso real con lavado de activos de origen delictivo.

El abogado apeló dicha resolución esgrimiendo que en caso de que recayera una eventual condena contra su defendido, su cumplimiento podrá ser de ejecución condicional dado el mínimo mayor de tres años que podría caberle.

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El defensor ponderó que su defendido carece de antecedentes penales; posee residencia fija en esta ciudad de Salta desde hace muchos años, donde convive con su mujer y una de su hijas; tiene actividad comercial demostrada; conserva su mismo número de abonado celular desde hace mucho tiempo y, en especial, a lo largo de todos los años que fuera sometido a proceso en esta causa (desde el 2007) evidenció un comportamiento procesal conforme a derecho.

Al momento de denegar su liberación, Montoya compartió los argumentos sostenidos por el Ministerio Público Fiscal al considerar que el pronóstico de condena no sería de ejecución en suspenso, existiendo un real peligro de fuga y de entorpecimiento de la investigación por parte de Eduardo Torino.

El juez destacó que a Torino se le imputó el hecho de formar parte en calidad de miembro, desde el 18 de mayo de 2011 hasta la actualidad, de una asociación de carácter estable, que tuvo por finalidad principal la comisión de hechos de tráfico ilícito de estupefacientes y la conversión, transferencia, administración y venta de bienes provenientes de dicha actividad, cuyo valor supera los $300.000, con el objeto de que aquellos adquirieran la apariencia de origen lícito y, además, la perpetración de los delitos de amenazas, homicidio, tenencia de armas, cohecho, infracción a la ley de fronteras y falsificación y uso de documentos falsos.

Consideró que la organización criminal a la que Torino pertenece desplegó en un largo período de tiempo sus conductas en este país, contando necesariamente para introducir el material estupefaciente con nexos y numerosos contactos en el Estado Plurinacional de Bolivia, así como también con cuantiosos activos económicos, elementos que objetivamente elevan de manera considerable el riesgo de fuga del aquí imputado y pueden dar lugar al entorpecimiento de las investigaciones.


DELFÍN CASTEDO

La Fiscalía había resaltado que de las numerosas intervenciones telefónicas dispuestas sobre el imputado revelan que éste forma parte de la organización criminal investigada, administrando la finca "El Aybal" de modo habitual y cumpliendo a su respecto el rol de testaferro de su jefe, Delfín Castedo, prestando asimismo una importante colaboración en la defensa judicial de los intereses de la asociación ilícita que presuntamente conforma.

No fue un dato menor para Montoya que Castedo se mantuvo prófugo de la justicia durante diez años, período en el que continuó actuando desde la clandestinidad y dirigiendo la operatoria a través de comunicaciones telefónicas con los otros miembros, entre ellos Torino; y que actualmente se encuentra prófugo Ricardo Erva, probablemente sostenido por los contactos y el poderío económico de la organización.

Por todo esto, Montoya consideró que Eduardo Torino cuenta con una multiplicidad de medios logísticos y financieros a disposición, lo que acrecienta el riesgo de fuga y entorpecimiento de la investigación.

En la presenta causa se le endilgan hechos ocurridos con posterioridad al 18 de mayo de 2011, fecha en la que el nombrado fue sobreseído por ese delito por el anterior juez de la causa, ni más ni menos que Raúl Reynoso, hoy procesado, detenido y enjuiciado por beneficiar a narcos a cambio de coimas.

Los Castedo quedaron a un paso del juicio oral por narcotráfico

El 20 de julio de 2017 Torino concurrió al Tribunal, negó las imputaciones que se le efectuaran y se abstuvo de declarar hasta que se le provea de la prueba que allí solicitó.

Los argumentos de los jueces que ordenaron su liberación

Rabbi Baldi y Solá se apoyaron en lo dicho por el Alto Tribunal respecto de que “la extrema gravedad de los hechos que constituyen el objeto de este proceso, o de otros similares, no puede constituir fundamento para justificar la detención.

Consideraron que por los elementos de prueba valorados, no existen indicios objetivos de riesgo procesal suficientes que justifiquen mantener el encierro cautelar de Torino u que en un primer momento el fiscal de Orán, José Luis Bruno, no había solicitado su detención.

Los argumentos principales de los dos jueces es que un análisis global de los elementos de juicio expuestos, en el que se aprecia la penalidad en abstracto de los delitos imputados a Eduardo Torino en concurso real; que cuenta con arraigo acreditado; que no posee antecedentes penales computables ni procesos pendientes en trámite; de una conducta procesal de acatamiento sin entorpecer a la investigación en esta misma causa y que mantiene, atendiendo a su presentación voluntaria ante la justicia frente a la expectativa de un nuevo llamado y el tipo de aporte en la asociación ilícita que habría efectuado el recurrente; es que se considera que no existen indicadores relevantes de la existencia de peligros procesales que impidan acoger el beneficio excarcelatorio solicitado.

Elías se distanció de sus pares

El único juez que votó lo contrario fue Guillermo Elías, para quien la posibilidad del encuadramiento en la figura de lavado de activos agravado por habitualidad y por ser miembro de una asociación formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza, llevaría a que la escala penal supere en su máximo y en su mínimo los límites legales establecidos para la procedencia de la excarcelación.

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Elías resaltó que Torino está investigado por su actividad en una organización que tenía como finalidad el tráfico trasnacional de estupefacientes y que, según surge de la resolución de mérito dictada por su Sala, presenta como notas características un alto grado de coordinación entre las varias personas que habrían participado de la asociación y la conformación de un dominio territorial con acceso a la frontera boliviana para asegurar la impunidad de sus delitos, así como variadas modalidades de acción como intimación a los vecinos de la zona, hechos de violencia que incluso llevaron a producirse atentados contra la vida (el homicidio de Liliana Ledesma por el que los hermanos Castedo se encuentran procesados ante la justicia local), utilización de armas de fuego e, incluso, el soborno al Juez Federal Reynoso (sobre el que pesa un auto de procesamiento dictado contra Delfín Reynaldo Castedo).

Por último consideró que no se advierte que el tiempo que Torino lleva en detención resulte irrazonable por desproporcionado, más aún, si se repara en la complejidad de la causa que al presente lleva acumulado más 30 cuerpos de investigación.


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