El turismo es una de las actividades de más impacto económico en Salta. La masiva llegada de miles de viajeros de todo el país y el mundo genera un gran movimiento de personas, fuentes de empleo y deja ganancias millonarias.
Pero el vacío legal que deja la falta de una ordenanza municipal o ley provincial que regule el ingreso, tránsito y permanencia de los turistas, le abre las puertas a las redes de trata que encuentran allí la oportunidad de hacer sus negocios. También a las disputas familiares que involucran a menores de edad que viajan sin la autorización de uno de sus padres.
La problemática termina involucrando -involuntariamente- a los hoteles como una pieza clave de ese andamiaje. Se convierten en los sitios que eligen las redes para explotar sexualmente a sus víctimas o en lugares de paso para los inmigrantes indocumentados que son ingresados desde Bolivia y llevados al centro y sur del país, para trabajar en lugares clandestinos.
Los antecedentes de casos provinciales y federales han despertado la preocupación de investigadores, la Policía y trabajadores hoteleros que empiezan a considerar la necesidad de un amparo legal para controlar y prevenir los delitos de explotación sexual y laboral.
Hoteles VIP y prostitución
“Está instalado en la sociedad el pensamiento de que los hoteles funcionan como lugares donde se ofrecen chicas para prostituirlas o como damas de acompañantes”, dice a LA GACETA Isabel Soria, presidenta de la Fundación Volviendo a Casa. Agrega que a veces puede tratarse de una leyenda urbana que “en tal u otro hotel se ofrecen chicas”, pero pasa en la realidad.
La falta de una normativa que regule el ingreso de turistas a los hoteles y sus visitas posibilitaría que el negocio de la prostitución se concrete sin mayores problemas para las redes de trata.
La problemática fue advertida por trabajadores, dueños y empresarios hoteleros por los casos que se dan durante la semana pero que crecen los sábados y domingo. La presencia de mujeres que llegan a los hoteles a visitar a huéspedes, permanecen una o un par de horas y luego abandonan los sitios para regresar al día o semana siguiente.
El negocio y la técnica del “ablande”
Desde la División Trata de Personas de la Policía de Salta han puesto en evidencia la manipulación de a las víctimas que son obligadas a prostituirse bajo amenazas.
Las redes utilizan la técnica del “ablande”: las mujeres son drogadas y abusadas sistemáticamente en las primeras semanas luego de ser captadas, un modo para amedrentarlas y obligarlas a prostituirse.
Una fuente relató, desde su experiencia, que el mensaje común de las redes a sus víctimas es: “si no querés que esto te siga pasando, mejor empezá a trabajar”. Amenazan y juegan continuamente con las emociones y miedos de las víctimas. Las mujeres empiezan a visitar con frecuencia los hoteles siendo estos los espacios donde se concretan los delitos.
Pero también hay casos de víctimas de explotación laboral que deambulan en los hoteles de toda la ciudad. Suelen ser inmigrantes indocumentados que tampoco manejan el idioma. Por ejemplo, durante el operativo por el Milagro, en una visita de rutina de la Policía Turística en un hotel del macro centro salteño, se detectó ochos ciudadanos chinos y detuvieron a dos hombres acusados de integrar una red de trata.
Ante estas situaciones, y sin un instrumento legal que los proteja, desde la Policía aseguran que “los hoteles pueden convertirse involuntariamente en cómplices porque las habitaciones terminan siendo los departamentos privados para la explotación sexual o laboral, sin un registro que certifique el ingreso de cada una de las personas”.
Disputas familiares
A los casos de trata sexual y laboral, otra problemática que queda expuesta son las disputas familiares.
El movimiento turístico de Salta es permanente y a menudo arriban familias con niños menores de edad. En los ingresos a los hoteles, los adultos dicen que se trata de sus hijos pero hay casos donde los menores recorren el país sin autorización de uno de ellos. Los hoteleros no cuentan con un instrumento para comprobar la veracidad de las familias y saber si son o no engañados.
Referentes del sector y la Policía plantean la importancia de una ley que regule el ingreso y permanencia de menores de edad, la necesidad de trasladar una reciente ley que se aplicó el año pasado y que establece que todo niño debe tener la autorización de sus padres para viajar por el país, lo mismo que ocurre cuando viajan al exterior. Antes de abordar un micro, el adulto debe certificar que tiene el aval de ambos padres.
En este escenario hay casos donde los menores quedan en medio de disputas familiares y la Policía debe activar búsquedas para encontrarlos.
“Hay casos de chicos donde el padre los llevó de viaje sin autorización de la madre y son buscados por Interpol. El niño queda envuelto en un problema de adultos y ahí es donde es importante los controles que deben hacerse en los hoteles para saber si ese chico viajó con autorización o fue traído a la fuerza”, explicó Isabel Soria. Y agregó: “el problema termina afectando a los trabajadores de los hoteles, dueños y empresarios sobre cuál es su responsabilidad ante una disputa familiar o un caso de trata donde quizás ellos mismos no se percatan de lo que está sucediendo”.
Combatir esfuerzos aislados
Los referentes y especialistas que abordaron la problemática plantearon la necesidad de una Ordenanza Municipal para regular el ingreso y permanencia de mujeres y niños en hoteles para prevenir casos de redes de trata como un punto de partida.
Consultado por LA GACETA, el presidente del Concejo Deliberante, Ricardo Villada, aseguró que “todos hacen esfuerzos aislados pero la problemática tan compleja no termina de resolverse si no hay trabajo en conjunto”.
Por esto consideró la importancia de promulgar una ley provincial para trabajar articuladamente entre empresarios y cámara hotelera, Policía Turística, Trata de Personas y Municipalidad. Pero reconoció las limitaciones y más aún cuando no hay un trabajo articulado.
“Es una problemática que involucrada a todos. Podemos sacar una Ordenanza, sí, pero en la medida que estemos sentados en una mesa y que la Policía sepa que la estamos sancionando, un trabajo conjunto con inspectores del Ministerio de Turismo y la Policía, es un tema delicado. Todos hacemos esfuerzos aislados”, reconoció y concluyó que es una problemática federal. “El abordaje debería darse desde allí para tener los lineamientos y hacerlos cumplir”, dijo.