En el juicio que se lleva adelante en los Tribunales Federales de Salta y que juzga a dos mujeres por llevar chicas a Chile para hacerlas prostituir, se escucharon testimonios que relataron con crudeza los padecimientos vividos como otros que los desacreditaron. En el medio se ubica el aprovechamiento de mujeres vulnerables que son engañadas.
Luego de oír las últimas declaraciones que faltaban producirse en la audiencia de ayer, el fiscal del juicio, Francisco Snopek, lamentó que algunas mujeres que conocieron la trama detrás de los viajes a Chile, no reconozcan la grave situación que acusa.
El fiscal remarcó que el juzgamiento de la trata cambió desde las últimas modificaciones legislativas que incorporaron conductas consideradas delictivas previas a la explotación sexual misma, como el engaño, la captación y el traslado. Snopek remarcó que se tipo de comportamientos se advierten en esta causa y se desprenden de algunas declaraciones que contaron como fueron invitadas a Chile con el pretexto de una mejor oferta laboral con mejores condiciones de vida.
El desgarrador relato de una salteña obligada a prostituirse en Chile
“Las víctimas resaltaron que acá no había opciones de progresar pero que allá terminaban viviendo de a cuatro personas, compartiendo el baño con 12 y de distintas nacionalidad y que no podían hacer lo que querían ni ir y venir cuando lo deseen”, señaló el funcionario del Ministerio Público a LA GACETA en pos de reflejar cómo las acusadas aprovecharon el estado de vulnerabilidad de sus víctimas y las engañaron.
El traslado de las chicas a Chile tiene que ver con que en otros países de la región no se endurecieron las prohibiciones de trabajos de este tipo (ejercicio de la prostitución en locales nocturnos) y pasan como normales, mientras que en Salta fueron erradicados.
Lo que desairó al fiscal fueron los testimonios de aquellas mujeres que contaron haber estado en Chile y negaron haber sido víctimas. Es que muchas de ellas dijeron que sabían a qué iban y lo aceptaron. En el entendimiento de Snopek, son varios los factores que explican ese tipo de apreciaciones, como el hecho de que algunas testigos son amigas de las imputadas Marcela Castro y Jessica Aguirre, como así también de que otras declararon con miedo o sin darse cuenta que fueron explotadas por otras personas que lucraron con su prostitución.
Otra víctima describió el calvario
En la última audiencia, otra mujer se sentó frente al tribunal para relatar lo que vivió. Recordó que conocía alas imputadas porque eran amigas y que hasta sentía aprecio por ellas y sus familiares, relación que fue el desencadenante de la primera invitación a “trabajar” a Chile.
De Salta a Chile: conocé quien es quién en la causa por explotación sexual
Dijo que el primer viaje fue cuando ella ya tenía 18 años mientras que el fiscal aseguró que el viaje que tiene como probado fue en 2014 y con destino a Calama. La joven afirmó que los contactos con la gente de allá para acceder al trabajo y al hospedaje lo tenían las imputadas.
Contó que estuvieron trabajando con las imputadas (quienes se dedicaban a trabajos de limpieza) y conviviendo en Iquique y Calama con otras víctimas, incluso de otros países.
Pese a que el fiscal aclaró que al tratarse de una víctima de trata no se le hicieron preguntas directamente referidas a sus padecimientos, la joven brindó algunos detalles respectivos a las condiciones de vida en las que vivió que constituyeron claros indicadores de que fue víctima de trata de personas.