Si ya el clima en Casa de Gobierno de la Provincia fue tenso y plagado de incertidumbre luego de la derrota electoral del domingo, el pedido de renuncia que hizo el gobernador a todos sus ministros para evaluar su continuidad, dejó inquietos a todos en Gran Bourg.

Es que ya no se trata solamente de días de mal humor, desánimo y hasta bronca por los resultados sino de una incógnita generalizada respecto del futuro. El hermetismo que baja desde la gobernación respecto de quiénes deberán dejar sus despachos y de quiénes gozarán de una nueva oportunidad se convierte en nerviosismo en aquellos que ocupan las oficinas todos los días para trabajar.

Ni los propios ministros parecen conocer qué les deparará el futuro y hasta advierten a los suyos de que quizá, tengan las horas contadas. Asimismo, intentan llevar algo de tranquilidad a sus empleados remarcando que la mayoría forman parte de la planta del Estado, por lo que sus puestos no correrían riesgo.   

La decisión, como siempre, recaerá solo en la conciencia de Juan Manuel Urtubey, quien se tomará los próximos días para analizar “caso por caso”, como lo sostuvo en la conferencia de prensa de ayer y ratificó horas después en la sede del PJ cuando remarcó que, por el momento, no resolvió la salida ni la continuidad de nadie. Su determinación no solo se sustentará en la evaluación de lo hecho por sus ministros, sino de lo que ellos hayan presentado como proyecto de cara a los próximos 24 meses.

La especulación de quienes conocen al gobernador es que el recambio afectará, cuanto menos, a la mitad del Gabinete. Mientras algunos aún cuentan con crédito y confianza, otros están inevitablemente cerca de cumplir su ciclo.

En las últimas horas cobró fuerza la versión de que Carlos Parodi sería uno de los que dejaría su cargo como jefe de Gabinete, aunque Urtubey negó que eso estuviese confirmado. Quien parece ser número puesto para la despedida es Pamela Calletti. La ministra de Justicia y Derechos Humanos viene siendo de las más cuestionadas por una sociedad cansada de la alta tasa de femicidios y ataques contra las mujeres.

Del otro lado, hay ministros que pueden sentirse algo más tranquilos. Si bien nada está dicho, existiría una valoración suficiente de lo hecho hasta ahora por Analía Berruezo al frente del Ministerio de Educación y de Carlos Abeleira en el de Primera Infancia, como para ratificarles la confianza.

Si poco y nada se sabe de quiénes se irán, mucho menos hay certezas de los que vendrán. Por lo pronto, lo nombres que circularon públicamente como posibles reemplazos despertaron más risas que aceptaciones en aquellos que conocen la cocina del asunto.

Todo indica que incertidumbre concluirá la semana que viene, puesto que el gobernador no dejaría pasar más tiempo para concretar y anunciar las medidas tomadas a efectos de enderezarla nave y demostrar que asimiló el golpe electoral recibido.